Mailen Onisse, nacida en Santorini, Grecia, vivió allí hasta los 7 años, cuando se mudó a Holmes Chapel, un pequeño barrio en Reino Unido, allí estuvo durante 10 años, hasta que se muda a Beacon Hills, un pueblo en California, USA.
Ahora tiene que e...
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Mailen entró en el instituto, realmente no quería estar allí, pero estaba. Seguía esperando noticias de Deaton y su padre no le daba el libro. Había buscado en la biblioteca más libros de mitología, pero curiosamente no quedaba ninguno.
Ahora estaba en clase de física, con el señor Harris, al que habían soltado ya. Sabía que Scott y Stiles estaban teniendo problemas con sus padres por lo de lo sobrenatural. Melissa evitaba a Scott y Noah era más frío con Stiles. Lo que no sabían es que ella también tenía problemas con sus padres, no de tal magnitud, pero sabía que había algo que ellos no le estaban contando. Que sabían algo sobre su genealogía y por qué le pasaba lo que le estaba pasando. El otro día, antes de irse a dormir se vio en el espejo, volvía a tener los ojos dorados y unas alas en la espalda. Pero cuando comprobó no había nada.
Allison no se hablaba con Scott ya, parece que le afectó bastante la muerde de su madre, no se lo culpo. Pero había apartado a todos menos a su familia, ya no hablaba con nadie.
Stiles había ido a hablar con la señorita Morrell, a orientación. Y después se lo había recomendado a ella, pero se negó. Suficiente había tenido con hablarle a Deaton de todos sus miedos.
Isaac había desparecido, no contestaba llamadas ni mensajes. Se había ido, y desde la luna llena no daba señal alguna, lo que tenía bastante preocupada a Mailen.
Había dejado de ir al bosque por instrucciones de Scott. Que era peligroso decía, normalmente Mailen le ignoraba y hacía lo que ella quería, pero tenía un presentimiento, uno muy malo.
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Deaton y Scott estaban en la clínica vacunando a un perro, mientras Mailen estaba en recepción leyendo una revista cuando la campanilla de la puerta sonó, todos los perros empezaron a ladrar y Scott salió a recibirlo mientras Mailen levantaba la vista de su revista.
—¡Isaac!— gritó Mailen con emoción, el le sonrió secamente, se levantó de la silla y le abrió la puerta.
—Pasa— le dijo el Doctor, pasó con timidez y Mailen le dio un abrazo corto, que el correspondió, la chica no podía dejar de sonreír y siguió al doctor y a Scott hasta la consulta, había un perro en la camilla, le estaban vacunando mientras Isaac y Mailen observaban.
—¿Por qué huele así?— pregunta Isaac confundido. Deaton sonrió—. ¿Qué?
—Scott dijo exactamente lo mismo hace unos meses— miró a Scott, el asiente—. Un día pudo empezar a diferenciar entre que animales estaban mejorando y cuáles... no lo harían— Mailen agacho la cabeza triste.
—Este no mejorará, ¿verdad?— el doctor niega—. Tiene cancer.
—Ostiosarcoma. Tiene un olor muy distinto, ¿no es así?— Scott asiente repetidas veces—. Ven aquí— le dice a Isaac, el se acerca—. Se que eres muy consciente de las habilidades que tienes, fuerza desmesurada, velocidad y curación. ¿Crees que podrían ayudar a los demás?— Mailen miró a Isaac expectante—. Dame tu mano— Isaac le extiende su mano indeciso mientras el doctor la pone encima del perro. De repente sus venas se pusieron negras y Scott sonrió, apartó la mano y se observó el brazo.
