Mailen Onisse, nacida en Santorini, Grecia, vivió allí hasta los 7 años, cuando se mudó a Holmes Chapel, un pequeño barrio en Reino Unido, allí estuvo durante 10 años, hasta que se muda a Beacon Hills, un pueblo en California, USA.
Ahora tiene que e...
Al despertarse Mailen soltó un gruñido, miró el reloj. 10:42 am, se levantó de un golpe de la cama pensando que llegaba tarde a la escuela, pero se relajó al saber que era domingo. Menos mal. Antes de salir por la puerta se miró al espejo.
—Por Dios...— dijo al verse la cara llena de maquillaje corrido. Se miró la ropa, la misma que ayer. Gran manera de romper tu rutina nocturna Mailen. Se desmaquillo y se duchó antes de bajar al comedor en unos pantalones cortos y una camiseta amplia de The Beatles. Baja al comedor donde está su madre sentada en una butaca leyendo un libro, todo normal, su padre haciendo tortitas, no las suele hacer, pero normal. Y Isaac sentado en un taburete viendo su móvil y apoyado en la mesa. Wow, eso es nuevo. Mailen se sienta al lado del rubio y le da un codazo.
—Buenos días— dice en alto para todos.
—Buenos días— le responden todos a la vez.
—Ahhhh— suspira—, la armonía— su padre deja un plato de tortitas enfrente suyo, y otro de Isaac. Ambos empezaron a comérselas.
—Están riquísimas, señor Onisse— dice Isaac mientras mastica, Fred y Mailen se ríen.
—Gracias, Isaac, y por favor, llámame Fred— Isaac asiente y siguen comiendo.
—¿Qué tal has dormido?— le pregunta Mailen una vez han terminado.
—Muy bien, gracias— Mailen sonríe.
—De nada, supongo.
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—¿Estas seguro de que te vas?— le pregunta Mailen a Isaac. Ambos están en la habitación de la primera, tumbados en la cama.
—Si, tengo que hablar con Derek— dice Isaac levantándose—. Y tengo que pedirle a Erica mis llaves— dice burlándose. Ambos se ríen estruendosamente.
—Vale, te acompaño a la salida— Mailen se levanta y abre el paso hasta la puerta principal—. Cualquier cosa, llámame— le avisa.
—Claro que si.
—Voy a ir esta mañana a la veterinaria para hablar con Deaton— avisa—, sobre lo del serbal y eso— Isaac asiente.
—Espero que descubras que pasó— se dan un abrazo y Isaac se marcha caminando.
—¡Suerte con la Luna llena!— le grita antes de irse, el se gira y le dedica una sonrisa.
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—¿Hay un hueco?— pregunta Lydia cuando ella y Mailen entran en la habitación de Allison con dos bolsas cada una. Allison se levanta del escritorio mientras Mailen y Lydia colocan las bolsas en la cama.
