|CAPÍTULO 56|"hijo mío"

511 55 15
                                    

G.

¿Dónde está?—preguntaba Ricardo alterado—¿Dónde está?

Nina estaba apoyada contra la barra, asustada y con los ojos llenos de lágrimas; mientras Matteo le decía no sé qué cosa a Ricardo que por lo visto sólo logró alterarlo más.

—Le pido porfavor que baje el tono de su voz—hable mirando
a mí “querido suegro”—esto
es un restaurant no una cancha
de fútbol para que usted ande gritando así, se lo digo por única vez y es que no soy un hombre
al que le guste repetir las cosas
—solo quiero ver a mí hijo—bajo la mirada, por primera vez note algo de arrepentimiento en sus ojos—quiero al menos conocerlo

Lucas salió de atrás mío y lo
miro detenidamente, sin
saber que decir.

—¿Cómo se enteró?—pregunto finalmente—¿Quién se lo dijo?
—Yo, yo se lo dije...—respondió Nina dejándonos a todos con la boca abierta—pero te juro que fue sin querer, en el medio de
la discusión se me escapo
—¿Vos sos mí hijo?—cuestiono Ricardo desconcertado
—Si...—afirmo Lucas—soy tu hijo

Se formó un silencio incómodo, Lucas y Ricardo no dejaban de mirarse.

—yo, yo pensé que habías nacido muerto...—vocifero Ricardo—esa maldita de Trinidad me mintió
—te tenía miedo—susurro Lucas
—no fui el mejor, lo se—admito  Ricardo—pero tampoco era un monstruo, mí mayor pecado fue ser un cobarde y arruinarle la vida a mis hijos por eso
—pasaron veintidós años—bufo Lucas—¿No crees que es tarde para arrepentimiento Ricardo?
—¿me odias?—pregunto mí suegro pero al ver que Lucas
no respondía pregunto de
nuevo—¿Lucas me odias?
—no puedo odiar a alguien que no conozco—respondió Lucas

Y se fue a su refugio, la cocina.

[• • •]

—pobre Lucas—murmuro Nina
—fue mucho de golpe—respondí acariciando su mejilla—ahora lo mejor es que tenga un tiempo con el mismo para pensar

Se acurrucó más contra mí pecho, ella también estaba asustada y no era para menos.

—yo no quise decirle...—sentí
las lágrimas caer sobre mí pecho y luego como mí camiseta se mojaba—yo no quise decirle
que mí hermano estaba vivo,es que empezó a gritarme y decir que eras igual de patán que tú padre que no me pude retener
—de todas formas se iba a enterar—respondí acogiendola entre mis brazos—no te culpes
por algo que pasó hace mucho tiempo, mí padre y mí tía no actuaron bien pero ya está
—vos nunca me mentirias
¿no?—me miro fijamente
—nunca lo haría—respondí

Beso mis labios lentamente,
sentí las lágrimas saladas caer entre nuestras bocas ¿Por qué seguía llorando?

—no,no llores—musite
—es que no puedo evitarlo
Gasti—susurro—siento una mezcla de sentimientos que
yo,yo ya no puedo controlar
—tranquila mí chiquita—hable
y la acomode entre mis brazos

Estuvimos así, abrazados, un buen rato pero el Nina aún no dejaba de llorar.
































[ Espero que les guste, estamos muy cerquita del final, las estoy leyendo 💬 las quiero mucho ❣ ]

00:00 |gastina|Where stories live. Discover now