TWO

4.6K 482 120
                                    

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

two.          jordan parrish.

Fue una suerte que no volvamos a cruzarnos ningún Berserker camino a la salida. Guié al grupo de amigos por los pasillos oscuros de La Iglesia repitiéndome durante todo el camino que lo hacía porque necesitaba transporte; necesitaba repetírmelo, porque de otra manera no sé si hubiese podido soportar todas las preguntas que me hicieron hasta llegar a la puerta principal. Estoy segura de que habré respondido 5 de unas 100 aproximadamente.

—Ese es —dijo una de las humanas, de ojos verdes y pelo rubio cobrizo. Si no escuche mal, su nombre era Lydia—. Ese es nuestro auto... si se le puede llamar así.

Señaló un jeep azul bastante demacrado para mi gusto.

—¡Hey! —gritó Stiles indignado —¡Es un Jeep, es una reliquia!

El morocho se ganó una simple mirada de mi parte.

—Genial, vuelvo enseguida —dije y comencé a caminar hacia lo que quedaba de mi camioneta. Dios, pobre camioneta.

Todos prestaron atención confundidos mientras yo rompía el parabrisas trasero para meterme dentro del vehículo. Estaba incrustado en una casa abandonada, únicamente la mitad de su cuerpo fuera de la construcción antigua. Antes de entrar a La Iglesia tuve que sacrificarla para atropellar a dos Berserkers. Por un momento, mi mente pensó en el seguro que pagaba todos los meses y como hoy no tenía sentido alguno. No creo que lo cubra, no cuando la razón por la cual lo choqué fue para "proteger mi vida de dos maniáticos milenarios vestidos con huesos y harapos." No... no suena muy convincente.

Estirándome hacia los asientos delanteros, tironeé de mis bolsos hasta poder sacarlos con incomodidad por la puerta del baúl. Los palpé simplemente para revisar que mis cosas sigan allí: mis armas, y un poco de ropa.

Sí, soy una loba; y sí, uso armas de todas formas. No, no es porque sea débil. Es porque así crecí y así fui entrenada por un clan de cazadores de criaturas súper naturales en La Patagonia Argentina. Un clan que caería en picada con el paso de los años y que iría ganando cada vez más y más mala reputación. Porque poco después de que el último heredero del apellido muera, tomó las riendas una mujer; una mujer imparable con mucha ambición; una mujer que cambió nuestro entrenamiento para convertirnos en asesinos. Una mujer que dejó de lado al código de los cazadores con tal de demostrar cuanto podía lograr. Muchos la llamaban La Loba del Desierto y otros siquiera se atrevían a nombrarla por simple miedo, pero yo la conocí como Corinne, una mujer coyote que perdió parte de su poder por dar a luz a su hija. Luego de eso tuvo que obligarse a usar otras fuerzas que no sean sobrenaturales para sobrevivir y demostrar su riqueza y poder. Ahí fue cuando conoció a el Sr. Wagare, el único portador del apellido que llevaba consigo un largo linaje de cazadores. Ella lo enamoró perdidamente, tanto que el pobre hombre nunca supo que quien lo guió a la muerte, fue la misma mujer que él amaba con todas sus fuerzas.

Las cosas cambiaron para nosotros a partir de ese momento, en muchos –por no decir casi todos– los sentidos.

—Puedes ir adelante si quieres — ofreció el alfa, abriéndome paso para que suba al asiento de copiloto del descalibrado Jeep.

—Gracias... —hice un gesto con mis manos para recordarle que no sabía su nombre.

—Oh, Scott. Scott McCall. Ellos son Liam, Malia, Lydia, Kira e Isaac. Ya conoces a Stiles.

El último muchacho, que escarbaba sin piedad dentro del motor del vehículo con frustración. Levantó la vista para mirarme cuando lo nombraron, y me saludó con un gesto simple, una sonrisa boba y la mano llena de aceite para autos.

LOYAL,     stiles stilinski.   ✓Where stories live. Discover now