ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ [ᴇɴ ᴇᴅɪᴄɪóɴ]
❝ Assassins aren't born,
they are made ❞
Lara fue educada para convertirse en la cazadora perfecta. Las enseñanzas que obtuvo desde muy chica la llevaron a convertirse en una adolescente de s...
—Buenas tardes, busco al agente Parrish —dije apoyando mis antebrazos sobre el mostrador de la recepción de la estación de policía. Escaneé el lugar con mi mirada, buscando alguna pista sobre el hombre que jamás había visto. La muchacha uniformada, enfrente mío hizo lo mismo conmigo, analizándome de arriba abajo meticulosamente. Recibió una sonrisa arrogante cuando sus ojos volvieron a centrarse en mi rostro, mi sentido del olfato había captado sus celos.
—No está en este momento —respondió bajando la mirada y acomodando algunos papeles, decidiendo ignorarme. Yo chasqueé mi lengua y apoyé ambas manos sobre el mostrador, encogiéndome de hombros.
—Esperaré entonces.
Me senté en la pequeña recepción, viendo pasar a diferentes agentes y prestándole especial atención a las placas con sus nombres, pero efectivamente Parrish parecía no estar allí. Luego de cinco minutos en los que ya decidí que estaba aburrida, decidí escuchar conversaciones ajenas para pasar el tiempo. Podía llegar a ser divertido oír a los oficiales intentar resolver casos a los que jamás llegarían a una conclusión si no supieran acerca de lo sobrenatural.
—¡Me dijiste que se iban de campamento! —escuché en la distancia.
Y luego se sintió como si hubiese recibido una patada en el pecho.
—¡Si, fuimos de campamento!... en Mexico.
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Oh no. Oh no, no, no, no no. La voz era familiar; demasiado. No la olvidaría ¡Jamás me olvido de algo! Estaba segura de que era él.
Me juré a mi misma que si lo escuchaba acercarse, correría.
—¡Stiles Stilinski! ¡Voy a matarte!
No necesité utilizar mi oído mujer loba para escuchar ese grito. El chico salió torpemente corriendo de la oficina de quién supongo que era su padre, acompañado del otro muchacho, Scott.
