30. HERIDAS PROFUNDAS.

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-------ANDREA-------

-----Flashback-----

—Corramos —tomo su muñeca corriendo con ella, en unos diez minutos paramos dentro del estadio.

Veo a un chico practicando fútbol americano en la cancha, solo veo su espalda porque está bastante lejos para ver su rostro.

—Casy vámonos —le pido con el golpe del oxígeno a mis pulmones—, estos lugares... me traen muchos recuerdos —miro alrededor tomando respiraciones profundas.

-----Fin flashback-----

Aquella vez no lo reconocí, ahora sé que era él.

Mi corazón aumenta sus latidos con cada paso que doy acercándome a él. Se da cuenta de que no está solo y se gira dejándome verlo.

Sus ojos, pestañas, labios, perfil... Lo único que cambió en él es su cabello que creció y el brillo en sus ojos que siempre lucía al mirarme tampoco está.

—Andrea... —pronuncia mi nombre suavemente.

Cierro los ojos con fuerza y los abro de nuevo para asegurarme de que esto no es un sueño, Johan está aquí, frente a mí y las ganas de decirle todo no me faltan. Mi interior es un caos.

—Tengo tanto que decirte... —le sonrío con la nostalgia queriendo ahogarme.

Se ve sorprendido unos segundos y después nuestra distancia acaba, me envuelve con sus brazos fuertemente, fuerza que me falta para envolverlo con los míos. Se separa y extraño el calor que emana.

—Me alegra verte, me alegra que me buscaras —me mira a los ojos, hace tiempo que no veía sus ojos claros.

—También me alegra verte... —soy sincera.

¿Cómo debería comenzar a contarle todo?

—Creí que no nos volveríamos a ver y entonces... Te vi hace unos días, estabas con tu amiga en la puerta del estadio, no te quedaste mucho —su voz se tiñe con un poco de decepción.

Asiento respirando hondo mientras reúno el valor necesario.

—Estoy segura de que quieres dejar todo en el pasado y avanzar pero si no habló contigo voy a seguir estancada y tengo miedo —me muestro seria.

—Entonces, aunque duela, hay que hablar —acepta.

Este es el momento... Es ahora.

—Yo-----

—Quiero empezar —me interrumpe, asiento, mi cuerpo entero se relaja—. Cuando nos separamos y te vi cada día, sola y siendo humillada me sentí como la peor persona del mundo, me mataban las ganas de ir a ti y dejar todo el maldito problema... —su voz se torna frágil—, olvidar que me traicionaste —sus nudillos de vuelven blancos por la fuerza en los puños a sus costados—. No fue fácil, cada maldito segundo en el que los recuerdos cruzaron por mi cabeza y en los que mi orgullo me aconsejó, no fue fácil.

» Después de mudarme mantuve el contacto con alguien del Instituto, una chica llamada Karina que fue mi tutora cuando estábamos juntos, nunca te dije de mis tutorías porque no me quería ver como un tonto frente a ti —sonríe levemente—. Resulta que me enamoré de Karina y cuando me ofreció venir con ella aquí lo primero en lo que pensé fue en ti, sabíamos que estabas aquí, me negué pero logró convencerme—me cuenta—. Ahora estoy aquí contigo y siento que la herida no termina de cicatrizar... —la tristeza se le plasma en cada pequeño detalle del rostro.

Karina fue su tutora, ahora entiendo por qué dijo "Es algo que los libros y la ciencia no te enseñan", era muy inteligente y ahora sólo quiere destruirme y a ella conmigo.

YUANFEN. (#1)Where stories live. Discover now