64. PUNTO DE INFLEXIÓN.

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 ------NEITHAN-------

Llega un punto en el que la droga, el dinero, la muerte, los engaños y la vida que elegiste, o en la que te metiste para sobrevivir; cansan. Porque irremediablemente te alejan lo bueno, porque no te puedes aferrar a nada sin extrañarlo, aunque lo estés viviendo. Sabes que no va a durar, que van a matarte a ti o a las personas que quieres, y eso, eso llega a cansar en algún punto.

A mí, este tipo de vida, si así le puedo definir, se me hizo pesada con la muerte de un amigo, con la perdida de otro, y con el engaño de Marina. Esos tres sucesos me hicieron ser más consciente de en lo que me metí, de la venda que me amarré a los ojos tratando de escapar de un infierno, para meterme en uno peor. Que idiota.

—Avanzamos —le susurro a mi equipo mientras a pasos lentos entramos por el par de rejas que previamente abrió Zeus. Nos deshicimos de los guardias con cuchillos para no hacer ruido, y Hyung ya hackeo todo el sistema de seguridad.

Los disparos que se escuchan dentro de la casa me ponen el triple de alerta mientras avanzo a la puerta principal. Marina, Jailin y Vincent ya deben estar adentro.

A cuatro de los ocho hombres que se ubican a los lados de la puerta les ordeno con una señal que ingresen y uno le dispara a la chapa antes de patear la puerta abriéndose paso a la fuerza, los otros tres lo respaldan disparando a todo lo que ven.

En nada abren bien la puerta para los que quedamos y no bajamos las armas. Dos hombres nos disparan desde atrás de las escaleras llevándose a dos de los míos, soltándome la adrenalina, la furia, quienes son mis impulsadoras para meterle una bala a uno al tiempo que Alex se encarga del otro. Disparos precisos, sin fallos.

Alex y yo nos complementamos, no sabemos todo el uno del otro, pero si hay alguien a quien le dé mi confianza ciega es a él, al padrino de mi bebé.

Tres hombres se asoman por el lado izquierdo matando a dos más de mi equipo, y me llevo a dos de esos imbéciles al infierno, al tiempo Hyung mata al otro. Quedamos cinco, y ya no escucho disparos del lado derecho de la casa «Está bien, ella está bien».

Nos quedamos en el centro de la casa dándonos la espalda para cubrir todas las puertas. Un tipo pasa corriendo de derecha a izquierda por el pasillo del segundo piso y le disparo. No me vio, y cayó sin hacer ruido, lo que es bueno.

—Frente a mí está la cocina —me informa Zeus.

—Avancen a la cocina —indico y seguimos al castaño, que entra primero.

Jailin pelea con un hombre casi del mismo porte y hay tres cuerpos de los hombres de Amado a su alrededor, también dos sirvientas.

—No disparen —nos dice metiéndole una patada en el rostro, al caer sobre el mesón de centro lo toma del cabello y le golpea la frente contra el filo terminando con su vida—. Fue difícil —comenta suspirando pesado—, a mis compañeros los mataron afuera.

Se mira el brazo y noto la cortada que parece profunda, pero no grave.

—Ven con nosotros —le ordeno para que no esté sola y le disparan en la frente al chico junto a mí agachando al resto.

—Hay alguien afuera... y ese maldito tiene una buena puntería —me avisa Hyung.

El disparo vino desde la sala principal, y atravesó la puerta, por lo que el arma que usó el tirador tiene mira térmica. Mierda, tienen mejores armas que nosotros, y más hombres también. Un disparo proveniente del mismo lugar me acelera el órgano del pecho con solo pensar que lastimó a alguien.

—Neithan —Marina entra con un grupo de ocho, entre ellos William—. Maté al tirador y le di ese juguete a uno de nuestros chicos, ya pueden levantarse.

YUANFEN. (#1)Where stories live. Discover now