Capítulo 12

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*narra Raoul*

Y ya estamos a sábado. Cada vez está más cerca la gala y no puedo negaros que estoy nervioso. Bastante nervioso diría yo. Hoy es el pase de micros. Nos va a salir mal. No me encuentro con fuerzas estos días... Es verdad que los nervios por la gala contribuyen pero no es sólo por eso, es por Cepeda, por Mireya, por Nerea... No sé qué les pasa conmigo.

Mi relación con Mireya empeora por momentos, ya no es lo que era. Al principio sentía que era culpa mía, que la estaba dejando de lado por Agoney, pero cuando intento acercarme, ella se aleja.

Con Nerea me pasa lo mismo estos últimos días, pero sé por qué es, y Agoney me ha dicho que hablará con ella. Espero que las cosas vuelvan a ser cómo antes. La quiero como querría a una hija. Mi hija pequeña. Nuestra hija pequeña.

Y con Cepeda... Nunca hemos sido buenos amigos, pero sí buenos compañeros. Nos respetábamos y a veces reíamos juntos aunque cada uno fuese a lo suyo... Pero desde que estoy con Ago... Me mira mal, hace comentarios desagradables y, si tiene oportunidad de joderme, lo hace.

Esto me hace pensar si merece la pena. Si de verdad estar con Ago es bueno para mi. Lo he pensado mucho... Y he descubierto que sí. Que si ellos han querido alejarse de mi, no me merecen. Que yo no he hecho nada más que amar. Que Ago nunca me ha dejado sólo, nunca se ha ido a pesar de mis inseguridades. Que con él me siento querido... Después de tanto tiempo, por fin me siento valorado por alguien. Él es lo mejor que me ha pasado en la vida. Y él se merece todo lo bueno de este mundo.

Ahora mismo está hablando con Nerea por mi, porque soy un cobarde incapaz de dar la cara. Estoy en la habitación, tumbado en mi cama y girado hacia la pared. Escucho la puerta, me giro. Es Mireya.

-Sólo venía a coger una cosa, ya me voy.

En seguida noto que no venía a buscar nada. Porque su mirada busca en todos los rincones de la habitación algo que pueda llevarse para engañarme. Probablemente venía a descansar de los ensayos.

-Puedes quedarte... 

-¿Qué? No... Sólo venía a buscar algo.

-Ah, ¿si? ¿Y qué venías a buscar?

-No lo encuentro, seguro que está en otro lado. Adiós Raoul.

-Mireya, espera.

-No tengo tiempo, quiero ensayar.

Abrió la puerta para irse. Salté de la cama, la cogí de la muñeca, tiré de ella hacia atrás y cerré la puerta.

-¿Qué te pasa conmigo?

-¿Qué? Nada Raoul...

-No me mientas. Mireya... Yo... No quiero que te vayas... Siento que no estamos aprovechando lo que pueden ser nuestros últimos días juntos...

-Pero tú estás con Agoney...

-¿Y eso significa que no puedo tener amigos?

-No... Pero quieres pasar más tiempo con él.

-Si. Y eso no quita que quiera pasarlo contigo. Eres mi hermana. Te quiero a morir. ¿Te acuerdas?

-Yo también te quiero, rubio. Perdón por estar lejos de ti estos días, pensé que sería lo mejor.

-No seas tonta... 

Nos abrazamos. Salimos de la habitación juntos, riendo. Nos sentamos en el sofá. Cuánto tiempo hacía que no disfrutaba del tiempo con Mireya... 

Agoney cruzó por detrás y me revolvió el pelo. Cuando giré la cabeza me guiñó un ojo, dándome a entender que estaba todo bien con Nerea. Sólo nos falta Cepeda.

Quedaba media hora para el pase de micros y seguía sin estar concentrado. Fui a la habitación para despejarme. Al poco rato llegó Ago.

-Vaya, pero qué rubio más guapo tenemos aquí.

Se tumbó a mi lado y empezó a besarme. 

-No seas idiota. —Dije. Y me giré, evitando que me besara. La verdad, no estaba de humor.

-Raoul... ¿Qué te pasa?

-No es nada...

-Cuéntamelo...

-Es que... Desde que estoy contigo... La gente piensa que sólo estoy para ti, que ellos no existen, que ya no puedo tener amigos...

-¿Quién te ha dicho eso?

-Mireya...

-A mi Nerea también...

-Es que... Es verdad que ahora paso más tiempo contigo. Pero no es sólo porque estemos juntos... Creo que con esta canción he aprendido a disfrutar del programa. Mi objetivo durante todas estas semanas ha sido llegar al lunes y que no me nominen. Supervivencia. Pero me he dado cuenta de que eso no es lo importante, que tengo que disfrutar, porque cualquier semana puede ser la última. Me he dado cuenta de que no tenía recuerdos divertidos, y que esos son los que quedan en la memoria. No me lo estaba pasando bien, hasta que llegaste tú. Creo que me ayudaste a comprender.

-Raoul... No sé qué decir... Eres un amor de persona, de verdad. — Me giré hacia él, pues noté su voz temblorosa. Tenía lágrimas en los ojos, a punto de resbalar por su cara.

-Amor. No llores. —Entonces, la primera lágrima, se deslizó por su rostro hasta acabar en la comisura de sus labios.

-Te quiero. 

-Yo más, Micky.

Le abracé y sequé sus lágrimas como pude. Cuando noté que había parado de llorar hablé.

-Ago... Me va a salir muy mal el pase de micros.

-No te preocupes. Me da igual. Intenta cantar tranquilo y ya está. Y no te preocupes más por lo de Nerea, está solucionado. Y lo de Mireya también, supongo.

-Si... Y me hace muy feliz, la verdad.

-Me alegro, pequeñín.

Estuvimos en silencio unos minutos. Cerré los ojos. Él me acariciaba el pelo y la cara.

-Raoul...

-Dime.

-¿Aún quieres que te bese hoy? 

-Más que nunca.




•••N/A: ignorad que soy un desastre y que hago actualizaciones cada dos semanas. Lo siento michísimo, intentaré ser más responsable. Gracias a Nitrogliserina Adehe, aunque no me hagan caso nunca (❤) y gracias a todos los que leéis. Love u 💚•••


Verte | RagoneyWhere stories live. Discover now