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-Olvida lo que pasó el otro día.

-¿Eh? - el rubio se giró para mirar a su amigo recostado en una silla.

-Que lo olvides, lo que pasó... en el salón, cuando vino Jungwoo. - Yuta clavó su vista en sus manos inquietas, evitando dirigir su mirada hacia Sicheng.

-Que... ¿lo olvide...? 

-Sí, lo siento si fue incómodo, no era mi intención.

-Para mí no fue incómodo. - ni él mismo sabía como aquellas palabras salieron de su boca. Se dio la vuelta y se sentó en un sofá observando el suelo de madera.

-¿Cómo? - el castaño abrió los ojos como platos. El rubio no respondió - ¿Sicheng?

-¿Qué? - intentó adoptar una actitud serena, pero por dentro el corazón le iba demasiado rápido. - Ya lo he dicho.

-Es que no hablabas del tema...

-Por algo será. - el rubio estaba empezando a hartarse de la actitud del mayor. Si quería actuar como si no hubiese sucedido nada, entraría en su juego. Levantó el rostro y le miró a los ojos.

-No te entiendo. ¿Quieres decir que te incomodó... o no? 

-No sé, olvidémoslo tal y como sugieres. 

-¿Entonces...? 

-Hyung, estoy harto de tantas situaciones absurdas. Deja de jugar al fanservice mientras no hay nadie delante, es... raro. - sus palabras le dolieron hasta a él mismo. Se sintió una persona horrible al darse cuenta de que estaba reprimiendo sus sentimientos, pero peor fue ver a Yuta cabizbajo, inmóvil. Al instante se levantó y se agachó a su lado. - ¿Hyung? no querí...

-Déjalo. - dijo pasando sus manos por su rostro. El rubio le ignoró y puso una mano en su pierna frotándola. Yuta abrió los ojos mientras intentaba reprimir las lágrimas.

-Tranquilo, lo siento, hyung, me pasé...

-Para. - de pronto, la mano de Yuta sujetó la del menor por la muñeca. - Para. - más lágrimas amenazaban por salir de los ojos castaños del mayor. - Deja de da...

-Ya vale, deja tú de llorar. - Sicheng le dio la otra mano a Yuta. - Hyung... - el chino se vio interrumpido por un repentino empujón. Ambos cayeron al suelo, Yuta sujetando sus muñecas. 

Estaba en shock. Su amigo le estaba besando descaradamente y la intensidad aumentaba cada vez más.  

Tras darse cuenta de lo que estaba sucediendo apartó al castaño como pudo.

-¿Qué haces? - la respiración agitada de ambos retumbó por la habitación. Ambos se hallaban sonrojados y con los labios tornados de un suave rojo.

Sicheng le observó. Se había despeinado ligeramente y vestía una camisa con los botones cerca del cuello desabrochados.  Mentiría si dijera que no quería que Yuta volviese a besarle, pero era demasiado tarde.
Sus ojos tristes le rompieron el corazón.
Un "lo siento" y un pequeño sollozo fue lo último que se escuchó antes de que abandonara el cuarto dejando al rubio completamente solo y desconcertado.

It's your fault! ➣ yuwinWhere stories live. Discover now