Capitulo 23

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Una suave ola de calor invade mi interior, el sueño es lentamente vencido por el movimiento que se está originando en mi entrepierna, leves caricias acompañadas con delicadas lamidas despiertan mi lujuria, solo atino abrir mis ojos, poco a poco mis sentidos van reaccionando, estoy en mi habitación, rayos de sol se filtran tímidamente por las cortinas de mi ventana, mi piel se está erizando por las delicadas descargas eléctricas que la recorren, mis pezones están erguidos y listos para dar batalla, levanto las sabanas y su esbelta figura aparece, está concentrada en su labor, deslizo mis dedos por su cabello rubio claro.

-Buenos días.- Ella levanta un instante su rostro, delineando una sonrisa traviesa.

-Buenos días.- Sigue presta a recorrer mi centro, su lengua curiosa no se detiene un segundo en explorarme. -¿Se puede saber qué haces?- Solo siento como su risa choca con mi sexo sobreexcitado por la actividad de su boca.

-¿Qué crees?- Vuelve acariciarme lentamente con la punta de su lengua, se escapa un gemido rebelde. -Intenté llamarte varias veces para que me lleves al aeropuerto pero nada parecía funcionar.- A pesar que solo llevamos 20 días que nuestros cuerpos se conocieron íntimamente ella se está convirtiendo en una experta en hacerme sentir, sé que no voy a durar mucho tiempo en alcanzar mi orgasmo.

-Aja... ok, ahhh esta forma me... me encanta, demonios!!! Si sigues así... solo, solo así me vas a despertar.- No puedo hablar fluidamente, mi respiración está agitada, ella lo hace tan jodidamente difícil.

-Jajaja eres una aprovechada.- Vuelvo a sentir el cambio de temperatura cuando las palabras que salen de su boca se deslizan juguetonas por mi centro.

-Lo que digas... pero no te detengas.- Coloco mis manos en su cabeza ejerciendo presión, su lengua avanza profundo, una descarga eléctrica baja por mi espina dorsal y se aloja en mi pecho, el placer arropa mi cuerpo, leves replicas sacuden mi ser, ella vuelve a reír por haber logrado hacerme llegar, yo solo intento respirar pausadamente, se posiciona a horcajadas sobre mí, pasa lentamente sus dedos por sus labios y los chupa... piedad, esta mujer me va matar un buen día.

-Ya que estás despierta, necesito que te duches y me lleves al aeropuerto, si seguimos en la cama voy a perder mi vuelo.- Besos sus rosados pezones, sus pechos no son muy grandes, pero a mí me encantan, están hechos para mi boca, ella hace presión en mi cabeza. -Por favor... no me tientes, se me hace tarde.- Detengo mi labor, la veo con una falsa mueca de molestia en mi rostro.

-Está bien, tú ganas, pero... nos duchamos juntas.- Ríe sonoramente mientras besa mi cuello.

-Jajaja ya sé que quieres y no tenemos tiempo.- Muerde levemente el lóbulo de mi oreja, sabe que me encanta ese cosquilleo que me genera.

-¿Pero acaso no sabes que las mujeres podemos hacer más de una cosa a la vez?... es la ventaja de estar con una.- Ella sonríe con una ceja levantada retándome a demostrárselo, me incorporo para levantarme, la tomo entre mis brazos y la llevo alzada a la ducha. -Ya verás cómo nos alcanza el tiempo...- La beso apasionadamente hasta dejarle los labios hinchados.

-Eso lo quiero ver. -


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Entro al estudio con una sonrisa de oreja a oreja, saludo alegremente a todos los empleados que me ven curiosos por mi extraño comportamiento, cómo no estar de buen humor cuando tienes una buena dosis de sexo matutino, hace poco dejé a Yoona en el aeropuerto, prometí ir a Londres el fin de semana, aunque no estamos en el mismo país hacemos grandes esfuerzos para vernos, es un poco complicado pero vale la pena, me siento bien, plena, aunque no podía quejarme de mi vida antes de ella, Yoona ha llegado para hacerla especial, me hace feliz, si, esa es la palabra, felicidad y bueno no puedo evitar repartir un poco de ella a las personas que me rodean.

Always Find You (YulSic)Where stories live. Discover now