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Hinata se quedó por un rato más mirando a los dos.

A pesar de que ella tenía ciertas sospechas era incapaz de creerse que Naruto fuese Kyubi, no, porque eso significaría que ella habría estado involucrada con un ladrón.

La cabeza amenazaba con explotarle de un momento a otro mientras Naruto intentaba acercarse a ella.

-No me toques-dijo apartándose-déjame en paz.

Dicho esto se dio la vuelta y subió las escaleras de regreso al cuarto que había usado esa noche para poder aclarar la mente.

Naruto quiso seguirla pero Nana se lo impidió con un gesto negativo.

El rubio se llevó una mano a la cabeza, ¿era posible que solo a él le pasasen estas cosas en uno de los momentos más críticos de su vida?

Cuando Hinata habia cerrado la puerta de un portazo él se dirigió hacia Nana.

-¿Cómo has entrado?

Su casa estaba rodeada de todo tipo de cacharros de alta seguridad aunque él hubiese dicho que no delante de la policía.

La pelirosa rodó los ojos.

-¿Tengo que recordarte cual es mi profesión?-preguntó-entrar en una casa me es tan fácil como entrar a ti en un museo.

Nana era especialista en robar tiendas de moda carísimas y objetos en las casas de los personajes más ricos del mundo.

-Bien, solo espero que tengas una buena excusa para entrar así y meterme en el mayor berenjenal de mi vida-dijo Naruto.

-Tranquilo Kyu, en estos momentos esa chica y yo somos los menores de tus problemas-contestó mientras entraba a la casa y se sentaba en uno de los sofás-no sé a quién has cabreado para que te tenga tan cogido por los huevos pero por lo menos podrías habernos llamado, a nosotros o a cualquiera de nuestros hermanos, te habríamos ayudado.

Él lo sabía, pero no los había llamado porque no quería meterlos en problemas a ellos también.

-Déjame adivinar, Hachi te deja participar en esto, ¿verdad?-dijo Naruto a sabiendas de como era su hermano y que en la vida permitiría que Nana se jugase el cuello en algo como eso.

-Hachi no puede decidir en mi vida así que no le queda más remedio que aceptar lo que hay, pero ahora explícame tú una cosa, ¿qué coño hace una poli metida en todo esto?

Naruto se llevó una mano al pelo y se rascó la cabeza.

-Verás, el tío chantajista me pilló besándola y ahora va a por ella porque piensa que es mi novia.

-Tenía yo razón cuando te dije que ir detrás de tantas mujeres algún día te traería algo malo.

Naruto sonrió.

-Tienes razón, el más vivo ejemplo es Hachi, se pasaba la vida detrás de las mujeres hasta que apareciste tú, debo cortar a tiempo antes de que algo tan malo como eso me pase a mí.

Nana lo fulminó con la mirada.

-Si supiese tu nombre ahora mismo figurarías en todos los medios de comunicación del mundo, idiota.

-Vamos, vamos, en el fondo me quieres.

-En el fondo de un saco sin fondo.
Nana siempre era así y por eso casi siempre que se veían estaban peleando, aunque era más divertido hacerlo con Hachi, la paciencia de su hermano realmente era igual a cero.

-Sabes que me encanta charlar contigo hermanita, pero debo subir arriba antes de que Hinata nos meta en un lío muy gordo a ti y a mí.

La pelirosa se encogió de hombros y empezó a mirar la ropa que había dentro de la caja que había dejado Hinata mientras que él subía las escaleras.

Exóticos Placeres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora