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Naruto continuaba mirando Kakashi, su mente era incapaz de procesar aquello que acababa de oír.

Poco antes Hinata y él se habían separado del resto para regresar en busca de Kakashi, mientras sus tres hermanos iban a ayudar al resto, que andaban perdidos por el viejo hospital, justo cuando había llegado escuchaba como ese ser horrible decía que se había casado con la hermana de Kakashi para conseguir un cetro, el resto casi ni lo había escuchado de lo conmocionado que se quedó.

Hinata, detrás de él, se mostraba igual de sorprendida ante la nueva noticia que acababa de descubrir.

-Ahora ya estamos la familia completa-dijo Minato, interrumpiendo aquel fulminante silencio.

El resto  miraron a Kakashi con rencor, Hinata con interés, pues era la primera vez que veía al padre de Naruto, y Naruto como un autómata.

Minato lo miró, sin perder la sonrisa, a pesar de su magullado cuerpo.

Empujo a Kakashi, que no opuso resistencia, y se lo quitó de encima, volviendo a ponerse de pie.

-¿Qué se siente al saber que el hombre que te crio te ha mentido toda tu vida?-preguntó-él sabía lo que le pasaba a tu madre y nunca fue a ayudarla.

-¿Es eso cierto?-le preguntó Naruto a Kakashi-¿es cierto que sabías lo que este miserable nos hacía y no viniste a ayudarnos?

El peligris sentía como la ira iba creciendo en Naruto.

-Tu madre sufrió mientras él vivía entre algodones en una mansión de ricos, no hizo nada por ayudarla.

Naruto se negaba a creerlo, no era posible Kakashi no era así.

-¿Es cierto?-preguntó intentando retener la rabia.

Kakashi agachó la mirada y asintió.

-¡Bastardo!-gritó Naruto, lanzándose a por él-¡te has reído de mí todos estos años! ¡Y de la memoria de mi madre!

-Yo intenté ayudar...-empezó Kakashi-pero no pude...

-Mi madre murió y tú no hiciste nada-gruñó-me das asco.

Hinata, observaba todo, horrorizada, si no hacía nada Naruto le daría una paliza a Kakashi.

Su cuerpo se estremeció al darse cuenta de que Minato había desparecido.

-Naruto...-quiso advertir, pero una mano le tapó la boca.

Hinata sintió como le arrancaban con fuerza la pistola de la mano y se la ponían en la cabeza.

-Ahora nos vamos a ir y tú estarás calladita-susurró-o sino los mato a todos.

Hinata obedeció.





Hacía un frío inmenso y la oscuridad que inundaba los pasillos de aquel hospital abandonado lograrían asustar a cualquiera, aunque Jachi, acostumbrado a ese tipo de situaciones, se movía de un lado a otro como si el lugar estuviera iluminado por mil focos.

Estaba concentrado, hasta ahora solo había encontrado habitaciones vacías llenas de objetos quirúrgicos y demás material médico.

Resopló, estaba ansioso, quería encontrar a Naruto lo antes posible y matar a todos esos desgraciados que sabía que pululaban por allí.

-El detector térmico no funciona-dijo Nana, que iba tras él-no hay señal de ningún tipo.

-Hmp.

Estaban bloqueándolos, y con una tecnología de alta definición, sino sería completamente imposible inutilizar sus aparatos electrónicos.

-¿Y el radar?-preguntó.

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