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Lunes, ¿Quien odia los lunes?

Estaba en la clase de anatomía, solo escuchaba blah, blah, blah del profesor.

-Buenos chicos, hoy empezamos con el hueso del cráneo. ¿Alguien sabe los huesos más básicos? -preguntó el profesor de anatomía.

Sabrina levantó la mano.

-El hueso frontal, el hueso occipital, el hueso parietal y el hueso temporal. También podemos encontrar otros huesos como el etmoides, el maxilar, el lacrimal y muchos más.

Habló la zorra de la clase. Dios como la odiaba.

-Con esos tenemos suficientes para empezar -dijo el profesor-. Muy bien señorita...

-Stone -dijo sonriendo.

-Bien, sigamos con estos huesos tan importantes... -y siguió hablando durante toda la clase.

Antes de que sonara el timbre, estábamos recogiendo para marcharnos.

-Vamos a tomar algo ¿os venís? -nos preguntó Keila.

-Yo voy -respondió Brenda.

-Yo no -dije-. Tengo dos exámenes que estudiar.

-Venga, vente con nosotras Rebe -suplicó Keila.

-Lo siento pero tengo que estudiar. Nos vemos mañana en la clase -dije dirigiendo al campus.

Saqué un libro que tenía en el bolso y me puse a leer mientras subía las escalera. Llegué a la puerta de mi habitación, antes de abrir la puerta, escuché la voz de William también la voz de su amigo.

-Tío se lo tienes que decir -dijo su amigo.

-No se Alex, me da vergüenza. ¿Qué pasa si Rebecca me rechaza?

Hablaban de mi, pero no entendía exactamente de que hablababan.

-Confiesa lo que sientes por ella y veremos lo que dice.

-No se Alex.

-Venga Will, tienes que aprovechar. Esta soltera.

-Vale, se lo diré.

Hasta que en ese momento, su amigo  abrió la puerta haciendo que me cayera.

-Re-Rebecca -tartamudeó William-. ¿Qué haces en la puerta?

-Bueno, os dejo solos -salió su amigo de la habitación.

Entré y cerré lentamente la puerta. Había un silencio entre nosotros, William estaba nervioso.

-¿Estabais hablando de mi?

-Eh... -se sentó en la cama. Estaba muy nervioso.

-¿William? -alcé una ceja.

-No -desvió la mirada.

-No me mientas. He escuchado todo lo que habéis dicho -dije.

-Vale, si.

-Tenías algo que decirme.

Se quedó callado por un buen rato y justo cuando creía que no me iba a contestar, habló.

-No se, pero cuando estoy a tu lado siento algo diferente -dijo y se puso de pie quedando justo enfrente de mi-. Me gustas Rebecca.

Estaba demasiado cerca. ¿Qué pretendía hacer?

Quería moverme pero mi cuerpo no respondía, parecía que estaba congelada. William se acercó poco a poco hasta que la distancia entre nosotros desapareció por completo. Seguía parada como una idiota sin saber cómo reaccionar. Ni siquiera era capaz de hacer nada cuando puso su mano en mi mejilla ni cuando colocó mi mechón de pelo detrás de mi oreja.

-¿Puedo besarte? -susurró bajando la mirada a mis labios.

¿Q-qué? -no respondió.

Sus labios estaban sobre los míos, bajó sus manos en mi cintura y me acercó más a él. Sus besos eran lindos a diferencia de los besos de Zack que eran con pasión.

Me separé lo más rápido posible.

-¿Ahora es cuando me pegas? -dijo retrocediendo un poco.

-Ahora es cuando te vas.

-¿Me estás echando? -dijo poniendo cara de ofendido -. Antes deberíamos hablar sobre algo ¿no crees?

-No hay nada que hablar.

-Pero si también es mi habitación...

-He dicho que te vayas -le interrumpí.

-Vale, vale, me voy -sonrió.

Le guié en silencio hasta la puerta, lo abrí y le hice señales para que saliera pero no me hizo caso.

-Vete de una vez.

-¿Y mi beso de despedida? -me preguntó con una sonrisa burlona.

-No te voy a dar ningun beso de despedida.

-¿Por qué no?

-Porque eres mi amigo.

-¿Podemos ser más que amigos? -me guiñó el ojo.

-¡He dicho que te vayas!

-Me estás echando, esta es mi habitación.

-¡Vete!

Soltó una risa y al final aceptó.

-Esta bien -dijo y se dio la fuelta para salir la habitación.

Cuando creía que me había liberado de él, lo vi girarse de nuevo y rápidamente me dio un beso corto en los labios. Luego salió corriendo de la habitación y cerré la puerta.

-¡Será...! -grité.

Oí sus risas al otro lado de la puerta y después los pasos alejándose.

P.O.V William

Me alejé de la habitación riéndome al ver la cara que había puesto Rebecca cuando lo había besado por segunda vez. Al menos me había servido de algo, Rebecca besaba jodidamente bien.
Bajé las escaleras y empecé a caminar hacia la habitación de Alex. Toqué la puerta y él abrió la puerta.

-Alex, lo he conseguido.

-¿Enserio?

-Si, la he besado.

-Que bien -sonrió-. Solo te falta pedirla que sea tu novia.

-Creo que es muy rápido.

-Cuanto más rápido, mucho mejor.

-Si tu lo dices.

Enamorada De Un AcosadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora