Now Or Never |Riverdale| [ EN EDICIÓN]

"¿Polly?"

Mañana Jughead y Betty querían que me reuniera con ellos en el lugar donde se hospedaba Polly. Así que hoy aproveché la oportunidad para hablar con mi verdadera mamá, Jennifer. Jennifer tenía el mismo cabello negro que yo y penetrantes ojos verdes, la expresión de su rostro contenía la de sorpresa cuando llamé a la puerta de su remolque.

-Oye chica, entra.- Habló manteniendo la puerta abierta para mí, entré cuando el aire cálido golpeó mi inminente, tomé mi chaqueta de serpiente de cuero y la coloqué sobre la mesa.

-Necesito hablar.

-Bueno.- Jennifer respondió mientras estaba sentada en el sofá, me senté junto a ella y suspiré.

-Todavía sufro de dolores de cabeza y mareos.

-Oh.-Fue todo lo que dijo, después de todo, no fue su culpa que obtuviera ese camino, fueron mis padres. Cuando era más joven a la edad de 8 años, mi verdadero padre me inyectaba sustancias extrañas que todavía no sé lo que eran. Jennifer no podía detenerlo ya que la golpearía si lo hiciera. Después de que él detuviera sus experimentos conmigo, me mareaba de inmediato y tenía una migraña mala que me hacía desmayar fácilmente. Desde ese día me mareé y tuve dolores de cabeza, después de que me adopataron, Alice me había llevado al hospital, me dijeron que no podían hacer nada, pero las cosas que me inyectó habían dañado mi corazón y algunos de mis sistemas nerviosos. . Se habían detenido hace unos años, Alice estaba feliz y acordamos dejar de tomar el medicamento, pero regresó, siempre regresa.

-Lo siento mucho.-Jennifer habló mientras colocaba su mano sobre mi hombro, la miré y sacudí mi cabeza.

-No fue tu culpa, fue culpa de papá.

-Ojalá pudiera haberlo detenido, pero él te rompió.-Jennifer dijo que se secó los ojos.-Desearía poder saber qué te inyectó para que podamos encontrar la manera de detenerlo.

-Si el hospital no lo sabía, definitivamente no lo haremos.- Dije, recostándome en el sofá, Jennifer me abrazó mientras me acurrucaba en su costado, extrañaba a mi madre, extrañaba los mimos que me daba, besos por la noche, extrañaba todo.-Te extrañé, mamá.- Hablé en voz baja mientras la escuchaba soltar una risa de felicidad.

-Yo también te extrañé.