9. Oh, nosotros si nos casaremos.

27.3K 1.5K 62
                                    


Barbara no podía dejar de caminar de un lado a otro, agarraba su cabello y murmuraba cosas que no eran nada entendibles. La escena era graciosa para Toby, quién la miraba desde el sillón en el cuarto de baños, donde se habían encerrado desde hace unos largos minutos.

Claro, Tobías sentía que tal vez debía estar perdiendo la cabeza como Barbara,o incluso peor porque ¿casarse con alguien como Barbara? ¡Jamás! Ella era manipuladora, mentirosa y odiosa.

— ¡¿Cómo puedes estar tan tranquilo?! —le gritó ella, casi leyéndole la mente. —Mira, sé que este será tu sueño hecho realidad pero... ¡yo no quiero casarme contigo!

— ¿Cómo puedes estar tan alterada? —se burló él. —Mira, Barbara... estoy seguro que escuchamos mal, ellos no pueden hacer que nos casemos. —Comenzó, con voz tranquila, con la cual Barbara perdió más los nervios.

— ¡Claro que pueden! —Interrumpió —por eso te subías a los juegos de Disneyland conmigo... por eso íbamos a todas las fiestas juntos, y no solo es porque ellos quieren, sino porque ellos pueden.

— ¿Te estas escuchando? ¡Estás hablando de cosas no tan importantes!: Fiestas y juegos. Pero, ¿en serio crees que van hacer que nos casemos?

Ella se quedó pensativo en algo, Tobías no podía adivinar que había en su mente y menos cuando sonrió de manera perversa.

—Oh, nosotros sí que nos casaremos. —lo miro, sonriendo más amplió.

— ¿Qué? —fue lo único que podía preguntar Tobías, su mente estaba dando vueltas, sin duda, Barbara lo miraba más que los tontos juegos a los que ella le gustaba subirse.

¿Ahora ella quería casarse?

—Escucha, no quiero ofenderte... bueno, de hecho sí quiero, así que te lo diré: ¡no me voy a casar con una loca como tú! —le grito, alejándose de ella como si de un monstro se tratara.

—Sí que lo harás. Lo haremos. —Dijo tranquilamente y no, no le estaba preguntando.

¿Por qué en el mundo podía existir alguien tan bipolar? ¿Y, por qué le había tocado a él convivir con eso?

¿Quién en el mundo se quiere casar con alguien al que no quieres y ni siquiera te cae bien?

—Sé que te estás preguntando el por qué. —habló ella, mirándolo fijamente. —Ellos, aunque tu mente pequeña este colapsando y no lo quiera aceptar, nos van a obligar a casarnos. Pero esta vez, no haremos una rabieta. No más humillaciones. —dijo ella, con aire de dramatismo. — ¡Piénsalo Toby! ¡Tenemos que ganarles esta vez!

Bien, Barbara Parker estaba enloqueciendo.

—Mira, Barbara, me parece estúpido. Estamos en el siglo veintiuno y nadie te puede obligar a casarte con alguien. —explico él, como si a una niña chiquita le hablara.

—Son mis padres de los que hablamos, Tobías. —Barbara frunció los labios, hablándole de la misma manera. —No se escuchaba como si ellos lo hubieran planeado, estaban solo siguiendo las órdenes de esos asiáticos... ¡y tú escuchaste la amenaza! Si no nos casamos, lo perderemos todo. —Ella tomo un respiro y luego, casi derrotada, continuó —: ¿Cuántas cosas no ha hecho mi padre para no perderlo que tiene?

Si Barbara lo decía así, tenía que admitirlo: ¡tenía razón! Los señores Parker eran ambiciosos. Podían ser amables y todo, pero ellos darían incluso en adopción a Barbara para no perder su dinero. ¿Por qué rayos esa no fue su idea?

— ¿En-entonces nos vamos a... casar? —balbució él. Se sentía loco si quiera preguntarlo.

Barbara también se sentía derrotada.

—Sí, pero...no. —contesto ella de inmediato. —No me interesas, está claro... pero yo tampoco a ti. —empezó ella, por primera vez parecían del mismo equipo. — Vamos a fingir que todo es color de rosa y que con el tiempo nos dimos cuenta que el odio que nos tenemos en realidad era amor, ya sabes... todas esas cosas cursis y clichés.

Tobías rodó los ojos.

—Entiendo esa parte, pero ¿casarnos, en serio? Es más serio de lo que tú crees y es de por vida, por si no sabías. —Explico él, sentía sus manos sudar. Las preguntas que le hacía a ella, también iban para él.

—Sí, Toby, lo sé. —fue su turno para rodar los ojos. —No esperas que nos seamos fieles ¿o sí? Eso quedará entre nosotros, estaremos casados ante nuestra familia, pero podremos salir con alguien más; no se tienen que enterar.

—Suena patético, además Barbara, yo estoy feliz con Cindy...

Barbara hizo un gesto, como si fuera a vomitar.

— ¿Qué? —pregunto Tobías, enfadado.

—Cindy solo es una estafadora que...

La puerta se abrió de pronto, mostrando a Cindy... quién los miro a ambos con los ojos muy abiertos.

—Hablando del diablo... —susurro –muy alto- Barbara.

— ¿Qué están haciendo aquí? —pregunto ella, tartamudeando y al mismo tiempo, fulminándolos con la mirada.

—Estábamos hablando —aclaro Tobías, corriendo a abrazar a Cindy, pero esta se alejó de inmediato.

—Sí, por supuesto... ¿en el baño?

—Claro, Cindy —hablo Barbara con voz inocente. —hablábamos sobre nuestra boda y de si deberíamos practicar ya nuestra noche de bodas. —Barbara sonrió con malicia, retándola con la mirada.

Tobías la miro incrédulo.

—Sabes que, mi amor... te dejo a solas para que le expliques todo a Cindy, háblale de nuestra boda. —Salió del baño, dándole un guiño a Toby y una sonrisa a Cindy.

¿Comprometidos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora