20. Mes dos: ¡Somos papás!

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—No, estoy de acuerdo, mamá... ¡es una locura! —gritó Barbara mientras se cruzaba de brazos.

—Hija, tienes que hacerlo —habló con voz severa su madre. —Ya rente todo y no pienso cancelarlo, ¡es para que tengan conciencia! —grito su madre al último, la escena madre e hija era como un espejo.

— ¡¿Conciencia de qué?! —gruñó la menor. —Mamá, nosotros no pensamos tener hijos en esta década.

—Bueno.... —alargo su madre la última o. —Eso no fue lo que me contó tu padre.

Barbara rodo los ojos. De inmediato supo que se refería a lo que había pasado en la oficina y en ese momento se odio más a ella misma.

— ¡Eso solo fue un juego! —se defendió y su madre rio.

—Sí, bueno... esto también será un juego.

Barbara hizo un puchero en ese instante, entro Tobías.

— ¡Mi amor! —se acercó a él. —Dile a mi mamá que no nos haga esto —se colgó de su brazo, mientras Toby la abrazaba por la cintura con su mano libre.

— ¿Qué cosa? —pregunto besando su mejilla.

Eran tan tiernos, que ambos podrían ser ganadores de un óscar. Actuaban mejor con el tiempo y se volvía menos raro.

—Lo del embarazo, Toby... Barbara empezará esta semana con malestares y la próxima semana le podremos el vientre que renté. —explicó su madre.

Tobías rio por las ideas de Prisilla.

—Creo que tenemos que hacerlo, Barbie... ¿Qué tal si nos da Baby fever antes de tiempo? Tenemos que pensar bien esto.

— ¡¿Debemos?! ¡Tú solo mirarás! —le gritó, separándose de él.

Él le guiñó un ojo a escondidas de Priscilla.

—Claro que no mirará y ya, por favor, ¿quién crees que te va a cuidar? —la sonrisa de Toby desapareció. —Ahora, Barbara, ¡tranquila! Solo serán síntomas esta semana.

Barbara sonrió.

—Entonces... solo fingir, ¿verdad? —hizo una cara al instante de un momento a otro. —Toby, ¡estoy mareada y tengo asco! ¡Sostén mi cabello y llévame al baño!

Ambos rieron y para sorpresa de Barbie, él si la cargó.

—Claro mi amor, ¡aguanta!... ¿crees que estés enferma o comiste algo que te hizo mal? —se burló él.

Priscilla solo los fulmino con la mirada.

—Muy bien, chicos... disfrútenlo mientras puedan. —les dijo ella, mientras sacaba un frasco blanco de su bolsa. —Tomate estas a partir de ahora.

Barbara hizo una mueca y Tobías la bajo.

— ¿Para qué? —preguntó, tratando de buscar la respuesta en aquel frasco.

—Oh, nada malo, querida —dijo su madre, haciendo un ademan con la mano, restándole importancia. —El doctor dijo que las tomarás, son como... dulces.

Ella miro a Toby, pero cuando Priscilla retó a este con la mirada, este miro hacia otra parte.

— ¿No confías en mí?

Por supuesto que no, quería gritar, pero suspiro ante la presión y la tomó.

{...}

—No creo que sea tan malo... —le comentó Tobías después de un rato.

¿Comprometidos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora