La Chica Mutante / Los Vengadores\X-men

El plan B

- ¿El plan B? - pregunté.

Steve me volvió a besar, sus manos rodearon firmemente mi cadera. Fue empujándome hasta la cama, me dejé caer y él conmigo. Me besaba tan ansiosamente. Entre nuestros respiros lo hice para atrás.

- ¿Ya habías hecho esto antes?

- No - jadeo - ¿Y tú?

- Si -  respondí, Steve arrugo el entrecejo, antes de que preguntara volví a besarlo y enredar mis piernas alrededor de su cadera. Le quite la camisa y admire cada centímetro de aquel Dios griego, Se ve absolutamente perfecto. Bese su garganta, sus hombros y su pecho, Steve se mantenía de pie disfrutando y ocasionalmente apretando con fuerza mi trasero cada vez que besaba o rozaba alguna zona que fuera de su agrado. Ya que estaba bien sujeta a su cadera sus enormes manos aprovecharon para deslizarse por ambos lados de mi cintura y hacia arriba llevándose consigo mi playera. Comenzó a dar pasos hacia la cama donde me dejo con suavidad y sin perder tiempo se puso sobre mí.

- He soñado muchas veces con esto - murmuró mirando desde mi estómago hasta mi rostro.

- ¿Así? - sonreí. Asintió apenado, su erección atravesaba la tela de su pantalón deportivo, coloco ambos brazos alrededor de mi cabeza, me abrí de piernas para que pudiera acomodarse mejor, sus besos eran apasionados, pero me distraía la erección que golpeaba constantemente contra mí, deseaba sentirlo más cerca, me recargue en su erección para sentir su dureza y tamaño, esto provoco un gemido en Rogers y una sorpresa de mi parte, no por nada es el super soldado. Nos deshicimos de último de ropa que nos quedaba.

Entro despacio, me abrí más para dejarlo entrar del todo. Steve comenzó a dudar de cómo actuar ahora.

- Temo lastimarte.

- Tranquilo - susurré. Steve se movió lento pero brusco. Siguiente así, conteniendo el aliento, las venas de sus brazos sobresalían con cada movimiento con cada jadeo y respiración. Enrede mis brazos a su cuello, me arrastre por su mejilla hasta su oído - No te contengas, Steve.

Me aferré con fuerza a su nuca cuando aumento el ritmo, la cama se sacudía acordé de sus movimientos. Su piel parece fuego con cada roce que da con la mía. Con cada sacudida Steve gime mi nombre.

Su boca que siempre parece rígida por su constante expresión de seriedad ahora luce tan sexi semi abierta y relajada. Incapaz de otra cosa que sentir el placer que Steve me daba, descanse mi frente en la suya mientras disfrutaba de su cálido aliento en mis labios.

Steve se detuvo abruptamente, alce mis manos lejos de él temiendo que mis garras salieran y lo lastimará, pero sin perder el orgasmo que ambos estábamos sintiendo. Los músculos de Steve se hincharon tanto que creí que estallarían, su garganta vibro en un ronquido.

Se hizo aún lado. Nunca lo había visto tan agitado y hacía mucho que yo no lo estaba también. Sin dejar de jadear comenzó a reír.

- Nosotros ... Nosotros hicimos ... - le sonreí, me envolvió con un brazo y me acerco a él. Beso tiernamente cada centímetro de mi rostro - Eres tan dulce.

Se durmió abrazándome.