Capítulo 27

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Se secaba su lacio cabello azabache con una secadora que, el hotel donde se alojaban, dejaba a disposición de sus inquilinos en los cuartos alquilados. Observo su reflejo en el espejo... Su decrépito rostro que reflejaba los 50 años que cargaba consigo; las arrugas llenaban su rostro y sus ojos reflejaban la profunda tristeza de una madre.

Dirigió una mirada a la habitación y suspiro con desgane.

-¿Pasa algo?- dijo Geno entrando a la habitación.

-¿No crees que esto nos distanciará más de lo que ya estamos?, digo, hablo del viaje- intentó mantener un tono alegre mientras charlaba con su hijo, incluso hizo algunos gestos con sus manos.

El de bufanda levantó levemente el rostro, mirando hacia el blanco techo.

-Ellos... No te conocieron en tu mejor época- y ligeramente apretó la carmesí bufanda que rodeaba su cuello.

Su madre entendió a que se refería y aquellos azules ojos se llenaron de lagrimas. Geno la observó con tristeza y la abrazó con calidez para después ayudarla a reposar en una de las camas.


Pasaron algunos minutos, el cuarto estaba lleno de un nostálgico silencio. 


-Sé...- la mayor fue la primera en romper el sosiego, pero inmediatamente sostuvo una larga pausa.

El albino observó atentamente a su madre entendiendo que necesitaba tiempo para hablar de nuevo.

-Sé que lo que hice... Es imperdonable para cualquiera que se considere madre... Y dejarte todo a ti... Debió ser doloroso... ¿Verdad?- su voz entrecortada hacia temblar la voz de su hijo. Geno recordaba con tristeza todo lo que había pasado pero... No podía simplemente culpar a su madre de todo... 

-Los que sufrieron por no tener a sus padres cerca fueron Error y Fresh... Yo tuve la oportunidad de estar junto a ti y junto a mi hermano... Con nuestro padre en una vida "tranquila"... Yo sé que eres una buena persona... Sin embargo, cuando perdiste... Cuando perdimos esa "tranquilidad" no supiste que hacer... Y les causaste dolor a aquellos chicos que trajiste al mundo... Mis hermanos- soltó un suspiro y le sonrió a su madre sosteniendo sus mano.

La mujer le dedico una confusa mirada mezclada entre gruesas lagrimas.

-Sé que si haz vuelto es porque te importamos... Bueno, yo bien o mal ya he crecido lo suficiente y no puedo quejarme de nada... Pero ellos aún necesitan a esa mujer...- el de bufanda no pudo evitar que las lagrimas llenaran su rostro - demuéstrales que aún eres aquella persona que conocí -

Aquel día parecía que todo lo siguiente... Iba a estar bien.


Demasido tardeWhere stories live. Discover now