Capítulo 44 Hot

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-¿Estás mordiéndote el labio a propósito?-me pregunta muy serio.
Pestañeo, abro la boca y suelto el labio.

-No era consciente de que me lo estaba mordiendo -murmuro.

El corazón me late muy deprisa. Siento la tensión. Está sentado muy cerca de mí, con sus bellos y magníficos ojos, los codos apoyados en las rodillas y las piernas separadas. Se inclina, me deshace una trenza muy despacio y me separa el pelo con los dedos. Se me corta la respiración y no puedo moverme. Observo hipnotizada su mano moviéndose hacia la otra trenza, deshaciendola con sus largos y hábiles dedos.

-Veo que has decidido hacer un poco de ejercicio -me dice en voz baja y melodiosa, colocándome el pelo detrás de la oreja.

Me rodea la oreja con los dedos y muy suavemente, tira del lóbulo. Es muy excitante, eso me excita demasiado y lo mejor es que el no lo sabe.

- No, en realidad hace tiempo no hago, sólo lo hago para pensar. -susurro.
Me siento como un pájaro frente a una serpiente, como una presa esperando a ser devorada... y él sabe exactamente lo que está haciendo.

-¿Pensar en qué, Bizcochito?

-En todo. En ti últimamente.

-en mi porque has decidido que quieres y sería agradable conocerme

-si, es que No pensaba que fueras así, cerrado. Pensaba que eras transparente.

- Pase por muchas cosas, Bizcochito. Aprendí mucho.

- Yo también he aprendido varias cosas, pero quiero que me enseñes algunas.

Sus labios se arquean dibujando una ligera sonrisa y dirijo la mirada a su boca.

-Bueno, he pensado que debería recordarte lo agradable que ha sido conocerme.

Dios mío. Lo miro boquiabierta, y sus dedos se desplazan de mi oreja a mi barbilla.

-¿Qué le parece, señorita Nathalie?

Sus ojos brillantes destilan una expresión de desafío. Tiene los labios entreabiertos. Está esperando, alerta para atacar. El deseo es indescriptible. Me adelanto y me lanzo hacia él. De repente se mueve, no tengo ni idea de cómo, y en un abrir y cerrar de ojos estoy inmovilizada debajo de él, con las manos extendidas por encima de la cabeza, con su mano libre agarrándome la cara y su boca buscando la mía.
Me mete la lengua, me reclama y me posee. Lo siento por todo mi cuerpo. Me desea, y eso provoca extrañas sensaciones en mí. La diosa que llevo dentro brilla tanto que podría iluminar toda la ciudad. Deja de besarme. Abro los ojos y lo veo mirándome fijamente.

-¿Confías en mí? -me pregunta.
Asiento con los ojos muy abiertos, con el corazón rebotándome en las costillas y la sangre tronando por todo mi cuerpo.
Se sienta rápidamente sobre mí. No voy a ir a ninguna parte. Estoy muy excitada.Se levanta y se queda de pie junto a la cama, mirándome con deseo. Su mirada es de triunfo y a la vez de alivio.

-Mejor así -murmura.

Esboza una maliciosa sonrisa de superioridad. Se inclina y empieza a desatarme las zapatillas y los calcetines, y me baja muy despacio el pantalón. Oh... ¿qué interiores llevo? Me levanta, retira la colcha y el edredón de
debajo de mí y me coloca boca arriba sobre las sábanas.

-Veamos. -Se pasa la lengua lentamente por el labio inferior-. Estás mordiéndote el labio, Bizcochito. Sabes el efecto que tiene sobre mí.

Dios mío. Apenas puedo contenerme, estoy indefensa, tumbada, viendo cómo se mueve tranquilamente por su habitación. Se quita sin prisas los zapatos y los calcetines, se desabrocha los pantalones y se quita la camisa.

¿Quién Es Ella? «Terminada» Jacob Satorius, Johnny Orlando, Magcon, Blake GrayWhere stories live. Discover now