¿Quién Es Ella? «Terminada» Jacob Satorius, Johnny Orlando, Magcon, Blake Gray

Capítulo 59

— ¡Despierta, Idiota! — La bella voz de mi amado mejor amigo me despierta. Sarcasmo total.

— Ya me desperté. — murmuro. adormilada.

— Los chicos ya vienen para acá —. Informa.

Puedo sentir la felicidad invadir mi cuerpo por completo.

— Anoche fui a comprarte ropa — señala unas bolsas.

— Gracias, Mario... ¿Sabes? Si hiciera cuentas, has gastado mucho dinero en mi.

— No es problema, lo vales, Nath — sonríe y me abraza despeinando mi cabello aún más, nos separamos y me levanto de la cama, me dirijo al baño y me sumerjo en la bañera.

Después de tanto tiempo los volveré a ver, los extrañaba tanto, ansio la hora de verlos.
Los días allá hicieron darme cuenta de que debería apreciar más a las personas que me rodean, los lugares, los detalles, el exterior, esas pequeñas cosas que hacen más lindo mi mundo, darme cuenta de Todo.

Salgo de la bañera y me visto, la ropa que me ha traído Mario es muy bonita, pero es demasiado corta para mi gusto.
Traigo un short en jean, una camisa hasta el hombligo, unas zapatillas y el cabello suelto.
Bajo las escaleras y me dirijo directo a la sala.

—Oye, Mario, gracias, pero deberías saber que este no es mi.... — digo bajando los últimos escalones y quedo muda al darme cuenta quienes están aquí.

—Hola, Nath. Ella es Luna. — Habla Loren.

— Hola, Loren. Hola, Luna, un gusto conocerte —. Le doy un beso en la mejilla.

—Igualmente, Nath.

— Los demás no tardan —informa Loren con una sonrisa y de la nada me abraza.

Esa acción de afecto de su parte me toma por sorpresa, nunca antes habíamos estado tan cerca por tanto tiempo.

—Sé que no somos las mejores amigas, pero me alegra que estés bien.

—Muchas gracias, Loren.

— No encontré yogurt y... — dice Harvey apareciendo con una soda en su mano —. Nath — sonríe y se abalanza para abrazarme — Que bueno que estés bien, te extrañamos pequeña.

—No soy tan pequeña —. aclaro — y gracias, Harvey.

— Por nada, Pequeña. — revuelve mi cabello, me lo recojo con una liga.
—¿Que tienes ahí? — interroga.

— ¿De que hablas?—. lo miro con confusión.

— Tienes un moretón.. un chupon... No sé, tienes una marca en el cuello.

Inmediatamente el calor invade mis mejillas y es más que obvio que están rojas.

—No sé de qué hablas.

—¿Que le hiciste, Mario? — pregunta esta vez mirando a Mario, quien también tiene sus mejillas rojas.

— Yo — se señala así mismo, indignado — Nada.

— Algo me dice que tuvieron una noche... — es interrumpido por el sonido del timbre.

¡Gracias, Dios!

Mario se pone de pie y se dirije a la entrada.

— ¡Nath! — gritan a mi espalda, me volteo para mirar de quien se trata — Te extrañe, te extrañe mucho, Nath. No te volveré a dejar sola ni un momento, seré un imán pegado a ti. Te quiero mucho.

Me abraza tan fuerte que la respiración se me entre corta, su pecho fuerte está aplastando mi cara y su colonia invade mis fosas nasales.

— Me ahogo — murmuro y el se aparta de mi.