Capítulo 54

106 6 0
                                    

Nathalie's P.O.V.

Me despierto por el olor a waffles calientes, un olor maravilloso al despertar, pero casi que de inmediato se me quita la sonrisa del rostro al recordar que estoy aquí.

¿Los chicos se habrán dado cuenta de que no estoy? ¿me extrañarán?¿me habrán sacado de el equipo de animadoras? ¿Johnny me quiere aún de dejarlo plantado? Mi madre debe estar más que enojada, no lleve a mi hermana donde me pidió.

Escucho el sonido de las llaves y de inmediato me cubro con las cobijas y simulo estar dormida.

— Eres tan hermosa, Nathalie — escucho como deja la bandeja en la mesa — Serás mía muy pronto.

Al oír esas palabras un escalofrío pasa por todo mi cuerpo, haciéndome la piel erizar.
Siento que la cama se hunde a mi lado, él se acuesta junto a mi y me abraza por la cintura. Inmediatamente me aparto de él y lo miro.

— No me toques, sólo me harás daño.

— Jamás te haría daño.

— Claro que si, lo haces. Lo haces alejándome de mis amigos.

— No quiero que estés con ellos porque tu eres mía y de nadie más, sólo mia.

Algo en su mirada se oscurece, sus ojos ya no son color café, ahora son marrones oscuro.

— Quiero mirar televisión — evito el contacto visual.

— seguro, toma — me da el control.

— Voy a salir de compras e iré a un Starbucks por un Mocca doble para ti.

— No te molestes — digo de mala gana.

— No tardo — me da un beso en la frente, con mi mano lo limpio y seguidamente él sale de la habitación.

Es mi hora de actuar, si me apresuro podré llegar a la ventana y con el cuchillo que hay para cortar lo waffles, tal vez logre cortarlos para poder salir. La caída no será buena, pero será mucho mejor que estar aquí.
Después de unos largos minutos intentando subir, al fin lo logró y puedo divisar mejor donde me encuentro...
Fuera hay un campo abierto con césped verde y árboles los lados y en el horizonte. Se nota que estamos lejos de la ciudad, lo que significa que tardará bastante.
Con mi pequeño Cómplice filoso, intento cortar la barra de hierro con la esperanza de que haya algún cambio notorio, pero nada, absolutamente nada, a excepción de un fina línea en esta, intento cortar más fuerte y rápido, pero el cambio es lento, lo que implica que tardaré más de lo esperado en liberarme de las barras.

Escucho la puerta principal cerrarse de un portazo y rápidamente lanzó el cuchillo a la cama y luego me tiro con cuidado de no lastimarme, guardo el cuchillo debajo del colchón.
La puerta se abre lentamente dejandome ver a un Alex muy furioso.

— Ellos quieren apartarte de mi — refunfuña entre dientes — Pero tu eres mía — me mira a los ojos y se acerca — Eres mía y eso no cambiará — toma mi cara en sus manos — Nadie puede verte, nadie puede tocarte, nadie puede de desearte más que yo.

Sus palabras resuenan en las paredes y se repiten consecutivamente en mi cabeza.
Algo en su tono y en su mirada hace que un escalofrío recorra todo mi cuerpo.

— No entiendo lo que dices — murmuro.

— Ellos te están buscando. Me interrogaron, pero mentí para que podamos estar juntos. Ni ellos ni nadie podrá separamos, Amor.

Amor... Amor... Acaba de llamarme... Amor.
Me están buscando, mis amigos me extrañan, o la policía me busca. En todo caso, eso significa que para alguien soy importante.
Inconscientemente una sonrisa se estaba de mis labios.

— ¿Estas feliz por que te buscan? — pregunta con enojo.

— N..No — murmuro.

— Eso tiene un castigo — me mira a los ojos y puedo notar como toman un color más oscuro.

¿Castigo? ¿qué clase de castigo? No hice nada malo. No tiene nada de malo que me alegré por eso.

— ¡Tengo una idea! — dice con entusiasmo y una sonrisa malvada se forma en sus labios — Serás mía — susurra a centímetros de mi cara.
Puedo sentir su respiración, pero no lo quiero cerca, lo único que quiero es que se aleje, pero estoy indefensa, expuesta ante él.
Se acerca lentamente a mi y atrapa mis labios con los suyos, yo me quedo inmóvil, trato de apartarme y empujarlo pero él me retiene contra su cuerpo, desplaza sus manos a mi trasero y lo apretar con fuerza, de mis labios se escapa un pequeño gemido de dolor, lo que creo que a él le gusta, porque lo vuelve a hacer con más intensidad.
Se separa de mi jadeando yo solo lo miro con mis ojos cristalizados y cuando se acerca nuevamente a mi me volteo, pero el me abraza por detrás y pega mi trasero a su entrepierna, puedo sentir su pene erecto rozar mi trasero. Enseguida me tenso, esto no traerá nada bueno.
Empieza a besar mi cuello con lentitud.

— Date la vuelta — Ordena, pero hago caso omiso — que te des la vuelta — está vez lo dice más fuerte. Obedezco y miro sus penetrantes ojos. Estos reflejan lujuria por todos lados.

Atrapa nuevamente mis labios con los suyos y toma mis piernas para subirlas a su cadera mientras me manosea, yo simplemente estoy estática.
Me acerca a la pared haciendo que mi espalda golpee está con intensidad, doy un gemido de dolor, pero al parecer eso a él le gusta, porque se le acelera mas la respiración y me apretaba el trasero con desespero.
Me deja delicadamente sobre la cama con sus rodillas a los lados de mi cintura, se quita la camisa y la tira en algún lugar de la habitación.
Sus abdominales marcados hacen que me quede boquiabierta, tiene un buen físico... Pero es mi secuestradores, tal vez si me hubiese conquiste, de pronto hubiésemos tenido una relación.

Me mira y sonríe — ¿Te gusta lo que ves? — no respondo nada, sólo cierro los ojos.

Se acuesta levemente sobre mi, sin poner todo su peso y me besa nuevamente. Puedo sentir como sus dedos se desplazan de mi cara a mi short, desabrocha los botones uno por uno y luego baja la cremallera con extrema delicadeza.
Se vuelve a parar y abro los ojos, se está quitando el pantalón.

Esto no me gusta mucho, mejor dicho... No me gusta nada.

Se acerca de nuevo con solo su bóxer y me quita la camisa con desesperación, me desabrocha el sostén dejando mis pechos expuestos, los cubro con mis manos.

— Por favor, no me hagas daño — suplico.

— No te haré daño, esto lo disfrutarás — se acerca a sus pantalones y saca un paquetito plateado de este.

Baja mis shorts con rapidez haciendo caso omiso a mis suplicas, se quita su bóxer dejando a la vista su pene erecto. Si soy sincera, este es demasiado grande, no quiero eso dentro de mi, no quiero estar aquí.
Toma mis muñecas y las posiciona arriba de mi cabeza apretándolas contra el edredón con una mano, mientras con la otra me quita las bragas y sin pensarlo dos veces me penetra con intensidad, haciendo que un grito salga de mi boca y eso lo excite más, lo hace repetidas veces con ferocidad, cada vez más fuerte. Me besa el cuello y soba mis pechos, despues de algunos chupetones y mordiscos, deja una fila de besos hasta llegar a mis pechos.
No puedo mentir, estoy excitada, estoy disfrutando un poco esto, se que es mi secuestrador, pero no es feo ni asqueroso, es guapo.
En un movimiento rápido me cacha por sorpresa y me voltea, apoyo los codos sobre la cama y él me penetra nuevamente, está vez por detrás. Agudizo un grito de dolor y esto, como las anteriores veces, ocasiona que me penetre con más intensidad.

Después de unos minutos más así, me corro y caigo rendida en la cama, él cae a mi lado, me da un beso casto en los labios y me abraza, estoy tan cansada que no reacciono. A los pocos segundos caigo en un profundo sueño.

¿Quién Es Ella? «Terminada» Jacob Satorius, Johnny Orlando, Magcon, Blake GrayWhere stories live. Discover now