11.

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Nunca me reuní con él de nuevo. Ese día no morí. Kardia y Freya tuvieron que seguir adelante para luchar con los demás y no comprobaron si estaba muerta. Pandora, que había sido justamente salvada por Radamanthys, me encontró. Me cargó y caminó kilómetros llevándome en brazos hasta llegar a un lugar seguro mientras estaba inconsciente.

Estaba muy débil, siempre estaba acostada en la cama. Mi herida se había infectado. Pandora lo sabía, sabía que moriría por la infección. Por eso me contaba todo. Lo que sabía y lo que no. Me contó por lo que había pasado, la muerte de Radamanthys. Llorabamos juntas. Habíamos quedado solas en este mundo. Pero pronto ella se quedaría realmente sola. Por más que no quisiera, iba a abandonarla. No queríamos separarnos.

Hasta que llegó el día, el día de mi muerte.

-Pandora, creo que es el día-le dije.

-¡¿Qué?!¡No me puedes dejar sola!-me gritó.

-No te preocupes. Aún eres joven y estás sana. Solo quiero que vivas feliz. Puedes volver a enamorarte y tener una familia. Cuando lo hagas, solo quiero que me recuerdes, ¿lo harás?

Ella asintió mientras comenzaba a llorar.

-¿Volveré a verlo?-le pregunté llorando, cada vez perdía más mis fuerzas.

-¿A quién?

-A Kagaho-le respondí mientras sentía mis lágrimas caer por mis mejillas. Ella sabía que lo amaba. Tomé su mano. Estaba muy asustada, iba a morir.

-Sí, lo harás-dijo entre sollozos.

-Gracias-susurré mientras mi vista se nublaba.

Gracias, Pandora.

| Hélène | Saint Seiya: The Lost CanvasWhere stories live. Discover now