12.

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Han pasado ya cien años y sigo aquí, en los Campos Elíseos. A veces recuerdo mi vida con los espectros. Pero con el pasar del tiempo mis memorias son cada vez más borrosas. Me siento perdida. Quiero descansar. Ni aún después de mi muerte lo he hecho. Solo he sufrido.

Nunca nadie conoció mi existencia, además de los espectros y Kardia. Nosotros, los muertos, podemos sentir cuando alguien nos recuerda. Los primeros veinte o treinta años después de mi muerte, sentía como Pandora y Kardia me recordaban. Ahora sólo pocos lo hacen, sus descendientes. Ellos me conocen como una leyenda que sus antepasados les contaban a sus sucesores hasta llegar a ellos. No hice mucho en mi vida, pero no me arrepiento de haberla vivido. Todos y todas las que conocí, gracias a ellas ahora me recuerdan algunas personas.

Hoy olvidé mi nombre. Cuando uno olvida su nombre, se olvida a sí mismo y se convierte en un alma en pena. Pero antes de mi transformación Hades llegó. Me tomo de las mejillas y me preguntó:

-¿Qué te sucede?

-He olvidado mi nombre-le repondí. Pero el solo sonrió.

-No te preocupes. Yo siempre estaré aquí para recordártelo,

Hélène.

| Hélène | Saint Seiya: The Lost CanvasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora