El sol comenzaba a salir y los primeros rayos del astro rey se colaban en la espesura del bosque. Sparks y Kegan finalmente llegaban a su pueblo, su clan.
-¿Traen una humana? -preguntó Makira, la hermana del líder totalmente sorprendida.
-Sí, es una cosita hermosa y se ve deliciosa. -admitió Sparks.
-Cállate idiota. -gruñó Kegan.
El rubio frunció el ceño y observó en silencio a su compañero de patrulla. Había sonado muy posesivo y eso le molestaba.
-Ella no es tuya. -respondió Sparks.
-Podría serlo, he cargado con ella por horas y su olor está impregnado en mí. -respondió el castaño.
-No te la dejaré. - protestó Sparks.
-¡Alto! Harán un escándalo y llamarán la atención de mí hermano... Les castigará por ésto, no de... - fue interrumpida Makira.
-Ya captaron mí atención, el aroma de la hembra humana es fuerte. -dijo una voz grave detrás de Makira y ella tembló.
-Alfa. -dijeron los tres e inclinaron levemente su cabeza en señal de sumisión.
Scarlett comenzó a moverse algo incómoda sobre la superficie donde se encontraba, se sorprendió al verse colgando mirando al suelo, los recuerdos de la noche anterior vinieron a su mente y gritó.
-¡Suéltame gorila! ¡Los voy a denunciar! ¡Ésto es secuestro y es penado por la ley! -exclamó histérica.
-¿Gorila? Yo no soy de esos, humana. -gruñó Kegan.
-Ponla en el suelo, quiero observarla mejor... Ya noté que tiene un buen culo. -dijo serio el alfa.
Kegan suspiró y algo dudoso la dejó en el suelo, Scarlett bufó y cuando giró se tambaleó. El jodido dios del pecado estaba parado frente a ella. Un castaño con el cabello corto, de piel bronceada y feroces ojos color cielo la observaban con detenimiento.
-Hola. -saludó el hombre y esa voz causó el suficiente pacto para sentir sus piernas como gelatina.
-¿Qué es esto? ¿Algún complejo de machotes ardientes? -preguntó y rápidamente se arrepintió de pensar en voz alta.- Yo... Lo siento.
-Soy Lexion, dime tu nombre. -se presentó el intimidante hombre, enarcando una ceja.
Sexy pensó Scarlett pero recobró su postura rápidamente.
-Scarlett... Am... Tus amigos aquí me han secuestrado, necesito volver a mí campamento. -dijo algo nerviosa por la fija mirada de quién se había presentado como Lexion.
-Sus protectores la entregaron. -informó Sparks encogiéndose de hombros.
-¿Desde cuándo capturamos hembras humanas? ¿Cuál era el propósito de traerla? ¡Ha sido un riesgo enorme e innecesario! -exclamó molesto Lexion.- ¡Ella ahora sabe de nosotros!
-Pensamos que ellos podrían hacerle algo, eran cuatro hombres solos con ella. -se excusó Kegan.- Además de que las hembras son escasas aquí, señor.
-¿Sabe qué somos? -preguntó Makira y los dos negaron, Lexion suspiró.
-Me haré cargo de ella. Retirense, hoy harán doble turno como castigo. ¡Ahora! -ordenó su alfa.
Kegan no quiso moverse, se sentía atraído por la pelirroja de exuberantes curvas. Lexion lo observó y captó el brillo en su mirada.
-No podrás reclamarla, dije que yo me haré cargo. ¡Obedece o desafiame! -gruñó Lexion mostrando unos peligros colmillos, Scarlett dió un paso atrás temerosa.
Kegan retrocedió y bajo su cabeza para finalmente ir detrás de Sparks. Makira observó a su hermano, casi todos los integrantes del pueblo observaban curiosos la escena. Lexion ignoraba su alrededor, estaba centrado en ella y su mente trabajaba a mil revoluciones por segundo. Esa mujer era alguna diosa porque su belleza era exótica e impactante y sin dudas traería dolores de cabeza. Malditos machos que pensaban con su rabo.
-Vendrás conmigo. -dijo y la tomó de la mano para guiarla hasta su casa.
-Están todos locos aquí... En cuanto las autoridades sepan de ésto. -refunfuñó Scarlett ganándose una mirada de advertencia de Lexion que la hizo enmudecer.
Lexion tomó a la mujer entre sus brazos y con un gruñido alejó a la gente que les miraba sorprendida. Camino a pasos firmes y seguros hasta la casa que estaba en lo alto del pueblo, Scarlett quedó embobada mirando el estilo rústico de la misma, sin dudas era una casa bellísima.
-Sientate, prepararé algo para que comas. -dijo Lexion.
-Mm... Mira no entiendo porque buscan retenerme pero debo volver a mí hogar, tengo un departamento que pagar, un perro que alimentar oh y un puesto de trabajo que debo asegurar. -dijo Scarlett observando como el hombre se movía con agilidad por la cocina.
Inconscientemente mordió su labio inferior por el deseo que se apoderó de ella duro y sexy, Lexion era el pecado en persona.
El castaño gruñó al sentir el olor de la excitación de la hembra humana. Era atractiva, demasiado y entendía la pequeña discusión entre Sparks y Kegan, ella era una exquisitez pero no dejaba de ser una simple humana.-Me alegra parecerte atractivo. -dijo y ella abrió su boca sorprendida, era imposible que el adivinara eso.- Sin embargo, no llegaremos a nada.
-Oye muchachote, hablo en serio. Debo volver a mí casa. -dijo ésta vez más segura Scarlett.
-Dulce, me temo que tú estadía aquí en Los Pantos será indefinida. Deberías despedirte de todo lo que conoces, sabes la ubicación de mí pueblo y eso es un gran riesgo, por supuesto uno que no estoy dispuesto a correr. Tus opciones se limitan a quedarte aquí o morir, -dijo sonriendo al último Lexion.- Come, es estofado de alce.
-¡Estás demente! ¿Qué pasa por tu cabeza? ¡Tengo una vida! -gritó la pelirroja enfadada.
-¡Deja de levantar el tono de tu voz! ¡Yo mando aquí! -rugió Lexion y Scarlett notó como sus ojos habían cambiado, eran amarillos con rasgaduras algo rojizas y su pupila... ¡Era como la de un gato!
-¿Qué eres? ¡Dios! Estoy enloqueciendo, debe ser el aire aquí, debe estar contaminado... - la pelirroja empezó a hiperventilar y Lexion maldijo.
-No puedes irte y es mi última palabra. Come y calla por favor Scarlett. -pidió Lexion tranquilizandose y ella suspiró.
Volvió a mirarlo buscando esos ojos tan extraños y exóticos que había observado recientemente pero sólo se topó con esos duros orbes celestes que el hombre tenía. Se sentía frustrada y con profundas ganas de llorar. ¿Realmente jamás podría volver a su vida?
Continuará...
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LEXION (Pantera 1)
Science FictionSabía que no había sido buena idea aventurarse en los bosques de Alaska en busca del reportaje de un tipo de felino gigante de pelaje negro, similar a las panteras negras. Scarlett no tenía nada que perder en ir hasta allí representando la firma de...