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Scarlett estaba terminando de pelar papas cuando Makira ingresó a casa con un conejo muerto. La pelirroja la primera vez había gritado por la impresión pero conforme fue pasando el tiempo, se acostumbró. Y ahora ya hasta era normal sentir las panteras fuera de casa, aún seguían dándole miedo así que no salía cuando las escuchaba cerca.

- Adoro tus comidas. - murmuró Makira.- Posiblemente hoy Lexion venga por ti.

- ¿Después de dos semanas recuerda que existo? - gruñó la chica.

- A estado ocupado. ¿Sabés que las panteras entramos en celo? - preguntó Makira.

- ¿Por eso se mantenía alejado? - exclamó ella sorprendida.

- Sí. Tu tienes un aroma al que no están acostumbrados nuestros hombres. Entonces eres como ese fruto prohibido que todos desean probar, incluso Lexion. - murmuró Makira sonriendo.- Pensé que en algún momento vendría por ti para llevarte a su cama pero mi hermano quiere una pantera con el, para liderar la manada, ya sabes.

Scarlett se sintió ofendida, poca cosa, insuficiente para el. Gruñó molesta y luego rio, estaba comportándose como ellos.

- De igual manera yo no... - quiso hablar Scarlett pero Makira la interrumpió.

- Como digas, igual el ya encontró mujer para su celo. - dijo Makira sonriendo sutilmente.

- Ah bien... - murmuró Scarlett intentando quitarle importancia.

No podía negar que sentía envidia de la mujer que había estado en los brazos de ese hombre.

- Empezaremos a entrenarte. - oyó de repente a Lexion.

Scarlett se había sumido en la preparación del almuerzo. Había ignorado la llegada de Lexion.

- ¿Disculpa? - preguntó la pelirroja.

- Lo que oíste. Debes saber defenderte, no podré cuidarte siempre. - murmuró Lexion.- Tienes que saber al menos lo básico. Un buen golpe a una pantera u hombre, le hará retroceder.

- Pero yo... Soy pequeña. - respondió Scarlett.- Además... ¿Quién me enseñará?

- Yo. Y ser pequeña tiene sus ventajas. - respondió Lexion.

Scarlett asintió no muy convencida. Sentía sentimientos muy contradictorios.

- ¿Te quedas a comer? - preguntó Scarlett.

Lexion quiso aceptar pero hizo una mueca y recordó a la mujer que le esperaba en su cama. Suspiró y negó.

- Tengo otros asuntos de los que ocuparme. - respondió.- Gracias de todos modos por la invitación, mujer.

- Dime Scarlett. - pidió la pelirroja.- Suena muy despectivo me digas de otra manera.

...

La pelirroja se relamio los labios disimuladamente al ver al enorme hombre frente a ella, solo con unos pantaloncillos cortos y sin remera. Músculos firmes, marcados y demasiado llamativos. Le hormigueaban las manos por tocarlo.

- Tus ojos siempre en los ojos de tu oponente. - llamo su atención Lexion.

Ella asintió. Estaban en un claro del bosque, un espacio con menos árboles para poder entrenar mejor. Estaban alejados del pueblo, así no tendrían interrupciones. Lexion había delegado sus obligaciones a Sparks.

- Pon siempre tu pierna buena detrás de la débil. Eso te dará firmeza. - explicó Lexion.- Y los brazos así.

Dicho eso Lexion la tomó de los brazos y los posicionó delante de ella. Protegiendo el rostro fino de la mujer. 

- Firmes Scarlett. - gruñó Lexion y ella rápidamente obedeció.- Ahora, esquiva mis golpes.

- ¿Qué? - preguntó ella sorprendida, la iba a golpear.

- No seré rudo. Será sutil. - explico el.

Comenzó a lanzarle manotazos y Scarlett logro esquiva con éxito solo algunos, pero eso ya era un avance.  Así pasaron dos horas, el sol estaba a punto de esconderse dando lugar a la luna en el cielo.

- Lexion, estoy agotada... - murmuró Scarlett.

- Está bien, creo que ha sido suficiente por hoy. - murmuró él.

Scarlett se alejó un poco pero piso mal y casi cae, Lexion la tomó en sus brazos a tiempo.

- Ten cuidado dónde pisas. - murmuró él y ella asintió.

Lex olfateo y el aroma de la pelirroja le inundó. Scarlett le miró anonadada por tenerlo tan cerca. Notaba sus facciones, su aroma masculino. Bajo sus manos sintió los músculos tensos de él por sostenerla, una leve capa de sudor cubría su cuerpo pero si lo hacía ver más guapo. Ella miró sus labios, anchos, tentadores, grandes....
Lexion le miró y sintió curiosidad por la fascinación que la chica tenía con el, pero decidió romper el momento. No podían perder el control.

- ¿Estás bien? - preguntó ignorando la actitud de Scarlett.

- Eh... Sí, claro. - murmuró ella.

- De acuerdo. Vamos con Makira. - murmuró él.

Ella se sintió avergonzada. Si Lexion no le hablaba, ella hubiese seguido en su ensoñación con el hombre. Suspiró y caminó con el hasta la casa de Makira. Entonces decidió preguntar.

- ¿Cuando volveré a tu casa? Se que Makira deses traer a algún ligue pero no lo hace por mi. - murmuró ella escudandose.

- Por el momento no es oportuno. - respondió Lexion.- Tengo a alguien conmigo.

- Oh, vale entiendo. - respondió ella avergonzada.

Lexion asintió y una vez en la puerta de la casa de Makira, se despidió y emprendió camino a su casa. Se encontró con la hembra con la que compartió cama en la mañana.

- Debra. - pronunció.

- ¿Estuviste con la humana? Hasta aquí me llega su aroma. - gruñó la alta mujer.

- No te debo explicaciones. - gruñó Lexion.- No eres mi mujer.

- Si actúas así, definitivamente no seré tu mujer. - respondió ella.- Quiero ser tu pareja, alpha.

- No busco una pareja por el momento, tengo cosas más importantes.

- ¿Qué cosas Lexion? ¿La humana? Ella no puede ser más importante que tú manada.

- No dije que fuera la humana. - gruñó Lexion y sus ojos cambiaron.- Posiblemente tengamos una guerra con los osos, ninguna mujer será distracción cuando mi pueblo corre riesgos. Ahora vuelve a tus cosas y deja de fastidiarme, no quieres verme enojado. - advirtió el y continuó su camino.

De alguna manera sabía que la humana estaba entre esas cosas más importantes, porque la pequeña pelirroja inundaba sus pensamientos en las noches. Había estado demasiado cerca de ella y eso había creado un vínculo que el rechazaba.

Continuará...



LEXION (Pantera 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora