V. Mis proyectiles de comida.

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—En diez minutos empieza el examen de Biología

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—En diez minutos empieza el examen de Biología. 

—Sí, ¡qué genial! —le respondo con alegría a mi novia, mientras guardo los apuntes en la mochila.

A pesar de ser lunes, siento que mi cuerpo rebosa de energía, y eso es porque me he propuesto empezar la semana con buen pie y nada podrá impedírmelo. Vamos, Petri, llega de una vez con tu horrible examen de bioquímica, estoy preparado para enfrentar cualquier reto. Quedarás tan impresionada por lo bien que responderé a tus preguntas, que incluso tus enzimas dejarán de catalizar reacciones químicas. 

Espera, eso último mejor no, que no me apetece que me acusen de homicidio. 

—¿Has leído el tema del aparato reproductor? —vuelve a hablar Annie, interrumpiendo mis divagaciones.

—Ese tema no entra en el examen.

—Lo sé, Sam, pero lo miré igualmente. 

—¿Y qué tal?

—Fascinante, es mejor que cualquier libro de autoayuda. —Miro a Annie, parece tan emocionada como absorta en su mundo interior—. Piénsalo: eres el primero y único entre millones de espermatozoides en llegar al óvulo y convertirte en un bebé. ¡El primero! ¿Eres un inútil? ¿Eres un perdedor? ¿No sabes qué hacer con tu vida? ¿Te crees un despojo humano? No pasa nada, en tu pasado microscópico fuiste el mejor entre millones de espermatozoides. —Ahora empieza a moverse como si fuese una serpiente... ¿O un espermatozoide? La profesora Petri, que acaba de entrar en el aula, la mira frunciendo el ceño—. Eso es más motivador que la promesa de una vida eterna comiendo churros. 

—Creo que lo entendiste mal. En realidad, el primero espermatozoide en llegar no es el que lo fecunda —la corrijo, mientras poso la mirada en la pizarra, y ella suelta un quejido de decepción que capta la atención de todo el aula.

Pobre, acaba de descubrir que los humanos son decepcionantes incluso antes de ser embriones.

—Señorita Zimmermann, guarde silencio, siéntese con corrección y no mire a los lados. El examen está a punto de comenzar —le interrumpe la profesora, repartiendo las pruebas. 

Saco mi bolígrafo de la suerte, un vulgar boli Bic negro de cinco años al que le queda poca tinta, y empiezo a leer las cuestiones.

Primera pregunta: desarrolle todas las fases irreversibles de la glucólisis. 

Bien, esa es fácil, siento que llevo media vida preparándome para esto.

Segunda pregunta: explique la relación entre la glucólisis, la cadena de transporte de electrones y la fosforilación oxidativa. 

Me llevo las manos a la cara y resoplo. Madre mía, menuda pregunta más aburrida, por cosas como estas es que odio la Biología. Creo que admiro a la señora Petri por ser capaz de convertir un temario aburrido en algo insoportable. En fin, mejor sigo respondiendo a cada una de las siete preguntas del examen, porque solo tenemos una hora para realizar la prueba y soy lentísimo escribiendo. Culpa de mi pulso, aprieto muchísimo el bolígrafo cuando escribo. 

Rompiendo mi monotonía.Where stories live. Discover now