CAPITULO 7: EL VIRUS DE LA REBELDÍA

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 Sofia

Después de entrar en la sala que se consideraría de espera y de quedarme de pie dando la espalda a la puerta de salida se volvió a abrir. Detrás de esta pasaban Jack y la enfermera. Una vez escuche la puerta volverse a cerrar detrás de mi me voltee para verlos. En sus rostros pude ver cierto temor. Como si tuvieran al demonio en persona delante de ellos. Jack no tan solo tenia es expresión también tenia un poco de admiración en su rostro. La enfermera dudaba en si acercarse o no a mi.

- Tranquila puedes acercarte. No muerdo. Ademas alguien debería curarme el puño.

-  Aja. El doctor ya me a informado de las pruebas que quieres acerté. Sígueme ya hay una consulta preparada para todo eso. (Con expresión de sorpresa)

- Jack espera aquí. Tu tienes otra igual.

Al entrar y dejarme a solas en el consultorio escuche a alguien salir de otro quejándose y con un poco de dificultat para respirar. Alli a fuera pude escuchar una corta conversacion.

- Joder como duele y los huevos tambien.

(Se escucha otra puerta)

- ¿Estas bien?

- ¿ A ti que te parece? No te a humillado una adolescente delante de otros soldados y te a dejado hecho un trapo. Ni tampoco te han atentado contra tus testículos.

- Tal vez no me allá puesto la mano encima pero también me a dejado en ridículo delante de otros. Tiene muchas habilidades y una de ellas es el habla. Ademas te lo mereces tengo entendido que no es la primera vez que les pones las manos encima es esos chicos.

- ¿ A ti también te a faltado el respeto? ¿Y yo que pensaba que sus padres eran problemáticos?

- Si y lo mejor es que a dicho cosas que eran ciertas sin temor a ningún tipo de consecuencia. También con más valor que nadie de los que trabajamos aquí. Es alguien que no pararía hasta conseguir su objetivo ella misma lo a dicho.

A partir de hay escuche cerrar la puerta y nada más. A los segundos siguientes me preparaba para las pruebas no quería perder el tiempo cuando el doctor me atendiera. Entro el doctor con vendaje,gasas,yodo y esparadrapo. Me hizo sentarme en la camilla y educadamente pregunto:

- ¿Puedo ver ese puño?(Con voz ligeramente temblorosa)

- Preferiría que lo curaras si te soy sincera.( Dándole el puño al mismo tiempo)

- Por fin algo que nos son amenazas por tu parte. Me alegra que tengas algo de humor en cambio de tanta mala hostia. (Después trago saliva arrepintiéndose de lo dicho)

- Puedes estar tranquilo no soy siempre violenta después de lo que pueda parecer. No te dejare un ojo hinchado o algo así sin motivo.

- Menos mal que eres tu la que le a dado y no Jack. No te ofendas...

- No, no me ofendo soy consciente de que el podría haberlo dejado inconsciente. Se que los hombres por lo general tienen más fuerza muscular. ¿Ves como podemos hablar sin que nadie muera?

- Si tienes ese carácter fuerte ahora no quisiera saber cuando seas adulta.

- Yo tampoco, creo que a este paso me daré miedo a mi misma.

- ¿A caso crees que tienes algún problema de identidad o algo así?

- ¿Queeee? No.No lo digo por eso. Lo decía porque si antes ya me temían todos en esta base antes de lo de Michael... Me imagino ya a todos recogiendo protección para las partes bajas y evitándome

- Ya entiendo. Tienes razón. ¿Pero sabes que? Después de esta conversación yo no te tengo miedo.

- ¿Y eso?

Mar de sangre: "El Comienzo De Una Venganza "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora