Capítulo veintitrés

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Llegué a mi casa y lo primero que hice fue escribirle a Kibum. Sentía el deseo de agradecerle por hacerme olvidar de todo por un momento aunque, apenas tomé mi celular, noté que tenía varias notificaciones de mensajes en whatsapp, entre las que se encontraba un mensaje de Kibum:

Kibum: realmente la pasé bien hoy. gracias :)

Yo: lo mismo digo, pero esto es gracias al pequeño diablillo

Kibum: jaja es cierto. llegaste bien?

Yo: Sí, recién.

Kibum: me alegro. creo que voy a dormir. Buenas noches.

Yo: Buenas noches. no sueñes conmigo ;)

Subí las escaleras hasta mi cuarto mientras revisaba el resto de los mensajes. Ninguno era de Minho y eso me hizo sentir mal. Tenía uno de Sully, un mensaje y una llamada perdida de Onew (que asumí que había apretado mi número sin querer) y uno de Taemin, que seguramente estaba curioseando sobre lo que acababa de acontecer.

Me senté en la orilla de la cama mientras me descalzaba y pensaba en Sully. La estaba dejando totalmente de lado ahora que lo meditaba con tranquilidad. Si Minho se sentía desplazado, no sabía qué podría estar pasando por la cabeza de Sully. Me sentí muy mal por haberla estado ignorando sin saber que lo hacía. El mensaje era de la tarde, había llegado más o menos luego de haber estado con Taemin pero nunca lo había visto:

Sully: hola, cómo has estado?

Yo: bien, y tú?

Sully: también... no hemos podido hablar mucho últimamente jeje

Yo: sí, pienso lo mismo, estamos muy ocupados

Sully: lo sé... pero podríamos hacernos un tiempo para vernos, te parece?

Yo: claro, algo en mente?

Sully: mmm, cena en casa?

Yo: claro, cuándo?

Sully: mañana?

Yo: de acuerdo

Antes de poder siquiera ponerme a pensar en todo lo que debería plantearme sobre esta relación otro mensaje de Taemin aparecía:

Taemin: Holaaaa. Cómo va todo? ;)

Holaaaa no me ignores. estás?

Yo: jaja, no seas ansioso. todo bien...

Taemin: te dije que te haría bien

Yo: sí, debo agradecértelo

Taemin: no me agradezcas, me gusta ayudar

Vi el mensaje de Onew y sí, su llamada había sido sin querer y el mensaje decía "Te llamé sin querer, disculpa". Así era él.

Me tiré de espaldas a la cama y me quedé mirando el techo hasta que de a poco mis ojos se fueron cerrando. Me moví despacio por la cama hasta asegurar que todo mi cuerpo estaba dentro de ella y me dormí.

Al día siguiente papá ya se encontraba en casa, había venido temprano al parecer, pero podía notar que no le había ido muy bien, había perdido aquella vitalidad que tanto me había gustado ver. Decidí no indagar en el asunto y limitarme a desayunar en silencio pues, a decir verdad, yo tampoco tenía muchas ganas de hablar. El único ruido que se sentía era el de las tazas que subían y bajaban desde la mesa a nuestra boca y viceversa, el golpe de las cucharas y los cuchillos eran la ambientación musical del día. La familia Kim sí que estaba callada y eso era muy raro.

La noche que iluminas [Jongkey]Where stories live. Discover now