_R K 8 0 0_ «Connor y tú»

"Connor."

Entro tan deprisa cómo puedo al departamento de policía de Detroit, toda la ciudad está pendiente de un caso en el centro de la ciudad. Un divergente ha cogido como rehén a una niña de la familia, todo el cuerpo nacional de policía está allí.

Llego a la sala general, todos los agentes que quedamos allí, estamos pendientes de la gran pantalla que se hace con todo el silencio de la sala. Llego a mi mesa, dejando varias de mis cosas sobre la mesa sin quitar ojo del televisor.

— ¿Ha llegado ya el negociador? — Oigo al capitán Fowler que habla con otro compañero.

— Sí, está dentro. En breves entrará para enfrentarse al divergente. — Responde serio.

Miro a mi mesa contigua, esperando a encontrar a mi compañero Hank. ¿Cómo no me iba a sorprender de no verle en su puesto en una situación cómo está?

Niego con la cabeza.

— ¡Ahí está! — Toda la sala empieza a murmurar al verle salir a la azotea.

El divergente dispara contra él, por suerte solo le da en el brazo.

— ¿Han enviado un androide? — Fowler está tan impactado como muchos de nosotros.

Me apoyo sobre la mesa observando la escena, es interesante el ver un androide resolviendo casos de androides.

— Tranquilo, Daniel. — La voz del negociador es tranquila y segura, avanza hacia él con ciudado. — Me llamo Connor, y estoy aquí para ayudarte.

— ¿Vas armado? — Se empieza a notar como el divergente comienza a estar nervioso.

— Sí, tengo un arma.

— ¡Suéltala! — Ordena Daniel. Connor sigue sus instrucciones y le demuestra que no va  armado.

Todos vemos cómo Connor poco a poco se va acercando, incluso se agacha para ayudar a un compañero nuestro.

— Se está muriendo, tenemos que ayudarle. Le voy a hacer un torniquete, ¿vale?

— Déjale o te mato. — Connor hace caso omiso y continúa con el torniquete. Daniel dispara en el suelo para asustarle. — ¡Déjale o te mato!

— No puedes matarme. — Connor se quita la corbata para hacer el torniquete. — No estoy vivo.

Tengo que reconocer que Connor sabe lo que hace y es un androide con agallas, si es que ellos tienen de eso. Cruzo los brazos esperando que todo salga bien.

— Todos los humanos tienen que morir, ¿que importa que este muera ahora? — Daniel sigue nervioso, cada vez más cerca del borde de la azotea. — No aguanto ese ruido, dile que se vaya.

Connor hace gestos al helicóptero para que se marche. Está tan cerca.

— Daniel, tienes que confiar en mí. Estoy aquí para ayudarte, te prometo que si sueltas a la niña no te va a pasar nada. Puedo convencer a los humanos de que no te despiecen.

— ¿Me lo prometes? — Daniel está tan confiado en él, que hasta yo le creería.

— Te lo prometo.

Daniel, tras segundos de silencio, suelta a la niña. Ella corre lejos de de la escena, para quedarse a salvo.

— ¡Fuego! — Veo como el capitán Fowler da la señal por su walkie.

Los francotiradores disparan contra el divergente hasta tres disparos, él queda de rodillas. La sala estalla en aplausos y silbidos, celebrando el triunfo de la niña.

Suspiro, calmada, sin quitar la mirada de Connor. Quién se marcha de la escena sin expresión alguna en su cara.

— Señorita Smith, no la había visto. — Fowler se acerca a mi mesa, seguido mira la mesa de Hank. — Pensaba que estaba en un caso con el teniente.

— Estaba en un caso, pero cuando he escuchado por radio este suceso, vine tan rápido como pude. Pensaba que Hank estaría aquí. — Le soy sincera.

— Nada nuevo, ¿que le ha parecido lo que ha sucedido? — Ambos miramos la pantalla, donde varios agentes limpian el lugar.

— ¿Quién ha enviado al negociador, capitán? — Evito su pregunta con otra.

— CyberLife, lo envía CyberLife. Ahora están creando prototipos para este tipo de situaciones. ¿Irónico, verdad? — Sigue hacia su despacho.

Me siento en mi silla mirando la gran pantalla, apoyada sobre el respaldo. Meditando sobre lo que ha pasado. Varias dudas y sugerencias se me pasan por la mente, y solo el capitán Fowler me tiene que dar consentimiento.

Me levanto decidida hacia su despacho.

— Capital Fowler. — Llamo a la puerta mientras paso.

— Pase Smith, pase. — Sigo sus gestos para entrar.

— Quería hacerle una sugerencia, y necesito su aprobación. — Me siento en la silla frente a él.

— La escucho.

— Sé que a Hank no le va a gustar esto, pero... — Miro a la mesa de mi compañero que no está, después a la pantalla y por último al capitán. Atento a mis palabras.

— No se preocupe, ese viejo cascarrabias debería estar aquí, pero ahora mismo está usted. Dígame lo que necesita. — Su sonrisa me tranquiliza, confiada le digo mi propuesta.

— Necesito a Connor en nuestras investigaciones contra divergentes.