Parte VIII

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6 de Noviembre 2038, 20:08:07

Por suerte Connor se ofreció a conducir hacia el lugar, ya que Hank no estaba en condiciones. Al fin llegamos al edificio lleno de luces de neón. Paramos en la puerta observando el lugar.

— ¿Estás seguro de que es aquí? — Le pregunto a Connor.

— Es donde marcaba la dirección. — Apaga el coche.

— Dios, siento como si me estuvieran taladrando el cráneo. — Hank se lleva las manos a la cabeza por la terrible resaca. Abre la puerta para salir del vehículo. Connor y yo le observamos. Frente a su torpeza, se da con la cabeza en el techo del coche. — Joder...

Al final salimos todos del coche y vamos hacia la entrada.

— Los androides más sexys de la ciudad. — Lee en alto Hank. — Ya sé por qué insistias tanto en venir.

Mira a Connor. Niego con la cabeza ante tal idea. Avanzamos hacia el vestíbulo, donde a ambos lados se nos presentan los diferentes prototipos que ofrece el club. Hank se gira para mirar a Connor, él estaba observando a una de las tracis.

— ¡Connor! ¿Qué coño estás haciendo? — Frunce el ceño al igual que yo.

— Nada, teniente. Ya voy. — Deja de mirarla y se dirige hacia nosotros. Entrando porfin a una de las salas principales.

Miro hacia un lado y ahí estaba Ben, nuestro fiel compañero que nos informaba de todo antes de analizar nada.

— ¿En serio te has quedado mirando a esa androide? — Pregunto a Connor un poco... ¿Celosa? No, no lo creo. Quizás sea más bien un poco molesta. Sí, mejor.

— Solo estaba analizando los prototipos, Jane. No hay de que preocuparse. — Me sonríe de lado.

Parpadeo varias veces ante su comentario. Llegamos a la altura de Ben, quién estaba hablando con el gerente del club.

— ¡Eh, Hank, Jane! — Nos saluda.

— Hola, Ben. ¿Cómo está la cosa? — Saluda Hank por los tres.

— Es esa habitación. Ah, eh... Por cierto... Gavin también está ahí. — Nos señala la habitación que es.

— Genial. — Comento fastidiada. Pensaba que iba a pasar un día entero sin cruzarme con él.

— ¡Ah, estupendo! Un cadáver y un gilipollas... — Me mira Hank. — Lo que necesitábamos.

Avanzamos a la habitación, la puerta se abre hacia un lado, mostrando un cuerpo sobre la cama y un androide apagado a uno de los lados. Y, ¿cómo no? Gavin y otro agente en el interior.

— El teniente Anderson, su niñita y la mascota de plástico. — Comienza Gavin. — ¿Qué coño hacéis aquí?

Le miro con asco.

— Nos asignan todos los casos en los que hay androides. — Responde Connor.

— ¿Ah, sí? Pues perdéis el tiempo. Es solo un pervertido que... Mordió más de lo que podía masticar. — Se echa a reír.

— No entiendo cómo tus propios chistes de mierda en situaciones así pueden causarte tanta gracia, Gavin. — Le respondo al fin contra él.

— Vamos a echar un vistazo, si no te importa. — Le propone Hank.

Él se nos queda mirando, al final cede.

— Venga, vamos... — Se dirige hacia la puerta. — Aquí... — Se para a la altura de Hank. — Está empezando a apestar a alcohol.

_R K 8 0 0_ «Connor y tú»Where stories live. Discover now