°LAS FLECHAS DE CUPIDO°

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Apolo me sonríe dulcemente y me abraza de nuevo sobando mis brazos como aquella noche en el Olimpo, tomo el mapa mientras permanecemos así, mirando a los demás dioses descansar, el silencio que Apolo y yo hacemos es un momento cómodo, sin prejuici...

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Apolo me sonríe dulcemente y me abraza de nuevo sobando mis brazos como aquella noche en el Olimpo, tomo el mapa mientras permanecemos así, mirando a los demás dioses descansar, el silencio que Apolo y yo hacemos es un momento cómodo, sin prejuicios y lleno de paz.

— ¿Katherine?— Dice Apolo sonriente al leer mi nueva identidad.

—Creo que nunca me acostumbrare a ese nombre, Helena Katherine Walker; es tan raro, pero aun así lo prefiero, sería raro que en esta época me llamaran Helena de Troya.

—Este es un nuevo comienzo para todos nosotros, así que debes acostumbrarte, según ese extraño mapa, ¿cuál es nuestro siguiente paso?—Me enderezo y miro el mapa concentrada.

—Según lo indicó Zeus, tenemos que llegar a un lugar llamado "Irenental" que está en Austria, este mapa es algo raro de leer, necesitaré entrar a Google Maps, si queremos ir a paso seguro necesitaremos un GPS.

— ¿Qué raro idioma es ese que hablas? ¿Qué es un GPS Y eso de Gogol Maps?

—Es Google y bueno es algo de tecnología de esta época, necesito un celular para poderte explicar, no te preocupes; por lo mientras necesito que te pongas la ropa que compramos para ti, saldremos en unos momentos más.

Me pongo de pie y comienzo a despertar a los demás, quienes obedientes comienzan a vestirse con la ropa nueva, Artemisa y Atenea se ven extrañamente bellas simulando ser mujeres actuales y no se diga de Apolo, Ares y Hefesto quienes parecen unos modelos sacados de revista con la ropa que les eligió Pólux. Al pequeño Eros le tuvimos que comprar doble cambio de ropa, ya que en cualquier momento podría recuperar su cuerpo de adulto, aun así Pólux le eligió un hermoso conjunto que lo hacía ver como un pequeño ángel, una gorra roja acompañada de una playera tipo polo con unos vaqueros y unos tenis blancos, sin duda parecía un pequeño mortal travieso.

— ¡Me siento ridículo! ¡Pólux, mis ojos son azules, ya deberías saber que el azul combina con todos los colores, menos con el café!

— ¡No es café mocoso, es Beige! Lo que es color café es tu alma de pecador, por eso estas aquí con los mortales ¿recuerdas?— Eros mira a Pólux enfadado y después le ofrece una sonrisa irónica, el pequeño mueve uno de sus deditos para que Pólux baje a su altura y le diga algo secreto.

—Juro que cuando recupere mi forma adulta te hare sufrir, ¿y sabes que más haré cuando eso pase?

— ¿Qué es lo que hará el pequeño Eros? —responde Pólux burlándose mientras le quita la gorra y sacude su cabello rizado.

—Me casaré con tu hermana, y la besaré frente a ti todo el tiempo. —Le grita arrebatando su gorra.

— ¡Si llego a ver que la vuelves a tocar te sacaré los ojos con un popote!

— ¡Oigan! ¡A mi déjenme afuera de sus planes de venganza! —El pequeño Eros corre fingiendo estar asustado y abraza mis piernas.

— ¡Halley! ¡Pólux me da miedo!

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