°AL DOBLE°

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Callada y sin mirar a todos me dirigí a la enfermería donde las enfermeras eran unas muy hermosas ninfas con sus bellos uniformes blancos y sus cofias que les daban todo el estilo

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Callada y sin mirar a todos me dirigí a la enfermería donde las enfermeras eran unas muy hermosas ninfas con sus bellos uniformes blancos y sus cofias que les daban todo el estilo. Entre ellas una me miró y me sonrió indicándome con la mirada que pasara.

—Vaya.... Se ve que la pelea estuvo buena. — Miró la sangre que me salió de la ceja y me senté en una camilla para que me curará, su cabellera era larga, negra y risada, y aun que no poseía un cuerpo como el de todas las ninfas que estaban a su alrededor ella destacaba por su gran amabilidad y carisma. —Mi nombre es Mayra, por lo que está haciendo tu sangre tú debes ser Helena.

—Que rápido corren los rumores aquí, sí yo soy Helena.

—Bienvenida al Liceo Immortalia, aquí nadie se oculta de nadie linda, y créeme tu sangre no es lo más raro que se ha visto en esta enfermería, en el mundo de los mortales creo que no eres conocida por tu sangre, es más por tu historia.

— ¿En verdad les sigue importando mi historia?

—No es tanto que les importe, digamos que estás en los libros de Historia, de alguna manera tu nombre siguió vivo desde tu época, deberías ir a darte una vuelta a la biblioteca.

Al terminar me entregó los trozos de algodón que ahora eran simple oro, bueno "simple" para mí, ella y yo continuamos platicando por el tiempo que estuvo curándome, nos hicimos buenas amigas, me dio su número de celular para seguir en contacto esperando vernos un día libre, y cuando salí acababa de terminar de pelear Artemisa con Xochiquétzal quien ganó la contienda y era de esperarse ya que Artemisa no era una diosa conflictiva. Cuando la acompañé a la enfermería Ares ya se había recuperado un poco de la golpiza que le había dado Freya.

— ¡Hey! ¿Cómo te sientes?— le pregunté mientras caminaba hacia nosotras mirando como curaban a Artemisa.

—Digamos que como humano soy muy débil.

—Sé honesto contigo mismo Ares, subestimaste demasiado a Freya, debes recordar que ella es una final de sangre, tu un humano y sobre todo debes saber que le gustas. —Ares al escucharme levanta su mirada y me sonríe burlonamente. —Y también tienes que aceptar que después de esto...también te gusta.

— ¿Por qué me gustaría una diosa la cual se acostó con cinco enanos para conseguir un collar?—Un poco nervioso comenzó a sonreír intentando ocultar sus sentimientos.

—Quería que Ares me enseñara algunas técnicas de guerra pero después de ver la golpiza que le acaban de dar te lo pediré a ti Helena, ¿Qué dices?—me pregunta Artemisa con la boca inflamada.

—Encantada, pero tendrá que ser después de llevar a Ares a buscar su empleo en el mundo de los mortales.

— ¿En verdad me consideraste primero para ir?—preguntó un poco preocupado.

—Sí, te consideré primero porque tú eres él más peligroso de los dioses, eres capaz de comenzar una guerra mientras todos comen tranquilamente, o si alguien entra al baño o si alguien ve la televisión.

ImmortaliaWhere stories live. Discover now