¿Crees en el hilo rojo del destino?

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Las gotas de lluvia caen con fuerza en la tierra, las hojas de los árboles se mueven de un lado a otro mientras las gotas de lluvia caen sobre ellas. Me relaja ver la lluvia, me gustan mucho los días lluviosos.

—¿Va a venir mi papá? —le preguntó a mi mamá.

Ella me sonríe, pero puedo ver que la sonrisa no llega a sus ojos y entiendo que él no va a venir, él nunca viene a verme, él no me quiere.

—No importa —le digo a mi mamá con una falsa sonrisa antes que ella me responda-es mejor así, prefiero pasar mi séptimo cumpleaños solo contigo.

Esa es la primera mentira que recuerdo decir y creí que estaba bien, sabía que mentir era malo, pero al menos así mi mamá no estaba triste. Además, me alegra mucho haber pasado ese cumpleaños solo con ella porque fue el último cumpleaños que pasamos juntas. Ella murió meses después. Así que de esa mentira no me arrepiento, pero sí de muchas otras que he dicho, me arrepiento incluso de cosas que no he dicho.

A veces solo nos queda eso, el arrepentimiento.

—¿Podemos hablar? —me pregunta ella mientras me hace una seña para que la siga.

Lo hago, la sigo por el pasillo hasta una habitación grande. Ella enciende la luz y me pide que me siente en uno de los sillones negros que esta frente al balcón que da al patio de atrás.

—No te voy juzgar, no soy quién para hacerlo —me empieza a decir Annie mientras toma asiento en el sillón frente a mí—. Tampoco quiero que me expliques nada, repito, no soy nadie para exigir ese tipo de cosas.

Asiento con la cabeza, pero no entiendo a donde quiere llegar.

—Los seguí porque hace unas semanas escuché a Ian hablar por teléfono y dijo tu nombre. Mientras hablaba estaba muy relajado, algo que no es común en él, bueno, solía ser común.

Ahora entiendo menos a donde quiere llegar.

—Ian es mi hermano y lo adoro con mi vida, pero siempre me molestó lo mujeriego que era, yo le decía que un día iba a encontrar una mujer que lo haría sufrir y lamentablemente así fue. — Annie cierra los ojos un momento y se masajea la cabeza con la yema de los dedos—. Él encontró a Eleanor.

¿Quién es Eleanor?, me pregunto y creo que Annie puede leer mi mente, porque procede a explicarme quien es la mujer que ella acaba de mencionar.

—Ella era hermosa, inteligente y egoísta. No amaba a Ian, ella no ama a nadie. Ian la conoció en una fiesta y quedó hechizado con ella, él nunca antes había llevado una chica a la casa y todos nos sorprendimos cuando la llevó a la casa a solo tres meses de haberla conocido y nos dijo que se iban a casar.

Intento ocultar mi cara de sorpresa y no sé si lo consigo, pero no puedo evitar sorprenderme porque cuando busqué sobre él en internet no salió nada de eso.

—Querían una boda sencilla y lo antes posible. A pesar que nosotros no estábamos de acuerdo con esa boda, porque ella no nos daba buena espina, lo ayudamos en los preparativos de todo y a ella la tratamos de maravilla. No nos equivocamos con ella, Eleanor dejó plantado a Ian el día de la boda.

Desde que Annie empezó a contar esa historia, supe que algo así había sucedido.

—Se fue con un árabe millonario y al menos nosotros no volvimos a saber de ella. No dejó una carta, no dio una explicación, simplemente se fue. Ian quedo destrozado y se volvió el hombre frío adicto al trabajo que es ahora, antes era diferente, él incluso bromeaba. —no puedo imaginarme a Ian haciendo una broma—. Te digo todo esto porque ese día mientras lo escuché hablar contigo pude ver un momento a ese Ian. —Annie se inclina y toma mis manos entre las suyas— Emma, no quiero que Ian vuelva a sufrir porque está vez, no habrá vuelta atrás, por favor, no lastimes a mi hermano.

¡El amor es una mierda!Where stories live. Discover now