"Love On The Brain" † Mark Lee & Tú † [TERMINADA]

°Chapter°: Siete

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— ¿Te gustó?

Joon pasó su brazo detrás de mis hombros, con una expresión tenue.

— Sí. Creo que, hasta ahora, es la película de acción que más me ha gustado.

Aún no me habituaba a tener citas, si era cierto que en el pasado las tuve, pero había transcurrido tanto tiempo desde aquel entonces, que me era imposible acostumbrarme. Joon, por su parte, fue muy atento y amable durante la cita; se veía que mi prescencia no le era incómoda.

— ¿Quieres que te vaya a dejar a casa? — Preguntó una vez llegamos hasta su auto. Me agradaba pero...

— No, gracias. Puedo ir sola. No queda tan lejos — Le sonreí en un intento de no parecer tan abrupta.

— Me haría sentir muy mal dejar que vayas sola a estas horas por la calle — Me acarició el brazo con cuidado — Es peligroso.

No podía descifra los gestos de Joon, lo poco que lo conocía, sus expresiónes siempre eran neutras. No lograba ver ni una pizca de anormalidad en él, pero a la vez, aquello se me hacía muy lóbrego.

Asentí, en tanto él disponía en abrir la puerta del copiloto. El camino a casa fue corto, como se suponía que debía ser. A pesar de que le insistí a Joon de que no era necesario acompañarme hasta la puerta de mi apartamento, él era bastante perseverante.

— Gracias por hoy. Fue una salida agradable — Me detuve fuera de mi puerta. No era una maniática, pero una debe desconfiar algunas veces.

Esperé unos segundos a que él diese la iniciativa de irse, sin embargo no dio ninguna señal de ello.

— ¿No vas a entrar? — Maldición. Se habrá dado cuenta.

— Sí.

Me volteé a buscar mis llaves y comencé a mover la manilla lo más lento posible. Estaba nerviosa por alguna extraña razón. Tenía un mal presentimiento.
Con la mano temblorosa me despedí, con la idea de entrar y cerrar de inmediato, pero cuando lo hice Joon puso su pie entre el marco y la puerta.

— ¿No me vas a invitar a entrar?

Un aire frío recorrió mi espalda. Esto era casi como una escena de una película de terror. Intenté ejercer fuerza en la puerta sin éxito. Joon consiguió abrirla por completo adentrándose a mi departamento.

— Que mal educada — Cerró lentamente tras él — Dejar afuera a un invitado — Avanzó con lentitud hasta mi — ¿Debería darte una lección?

Un nudo se formó en mi garganta. Esto no podía estar pasando, tenía que estar jugando. Qué se suponía que debía hacer. ¿Correr?, ¿Gritar?, ¿Tirarle una silla?

Sin darme opción de actuar se abalanzó sobre mí, logrando que retrocediera unos pasos, mientras él besaba mi cuello con desesperación.

— ¡Sueltame!

— Vamos. Podemos divertirnos un rato.

Soltó una risa burlona a lo que sostenía mi cintura. Mantenía mis ojos cerrados. No sabía que hacer, tenía miedo. Siquiera era capaz de parar de temblar. En ese momento solo se me vino una cosa a la mente.

Mark

Fue entonces que la puerta se abrió de un fuerte golpe. Mark traía sus puños cerrados y su mandíbula apretada. Se veía molesto, a pesar de que no había visto nada de lo sucedido. Agarró a Joon por el cuello de la camisa, apoyándolo contra la pared más cercana a la puerta, era tal la fuerza que Mark ejercía en el, que incluso lo sostenía en alto.

— Ella dijo que la soltaras — Entre más miraba a Joon, más intensificaba su agarre.

Tenía claro que Mark era un chico muy susceptible, pero jamás esperé ver esta parte de él. Jamás.

Las venas de su cuello se hacían notar al marcar más su mandíbula.

— Mark...

Me miró por sobre su hombro, y aflojó la camisa de Joon dejándolo caer al suelo, este se levantó con la mirada pérdida observando a Mark con miedo, a pesar de que este no le dió importancia a su semblante; parecía estar más empeñado en continuar viéndome por sobre su hombro que de Joon.
Joon aún aterrorizado abrió la puerta y se fue corriendo hasta el ascensor. Fue entonces que Mark por fin bajó la vista, y avanzó unos cortos pasos hasta la salida.

— Espera — Lo tomé del brazo. Aún así no quiso mirarme.

— Te dije que tuvieras cuidado. Eres muy descuidada — Colocó una de sus manos en el borde de la puerta, que permanecía entreabierta, dejando escapar un suspiro — No puedo protegerte siempre, _______.

Quité mis manos de su brazo con cuidado, dándole la libertad de largarse. Me sentía de una manera extraña, era primera vez que él se dirigía a mi como alguien a quien conocía desde hace mucho. Siempre había estado ignorando o evitando mi existencia.

Mark Lee.

¿Quién eres?