°Chapter°: Veintidós

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12:00 p.m.

Ese molesto sonido...
La pantalla de mi celular iluminó toda la habitación. Me giré desganada al otro costado apoyándome con mi codo para estirar mi otro brazo hasta la mesita de noche, mientras intentaba enfocar con un ojo.

— ¿Aló?

— _______. Soy Lucas.

— ¿Lucas?... — Me quedé unos segundos analizando la situación, estaba demasiado somnolienta — Lucas — Aseguré.

— Sí. El único — Rió con ternura.

— Qué. ¿Qué pasó?

— Me preguntaba si querrías salir un rato.

— Salir. Este — Me senté en la cama restregando mi rostro — No creo que pueda.

— Estoy abajo — Me interrumpió.

— ¿Tú qué?

— Abajo. Esperándote.

Tenía que estar bromeando. Me levanté precipitadamente hasta la ventana, pudiendo confirmar el que Lucas se encontraba abajo. Por lo poco que se alcanzaba a divisar desde un 12vo piso, él estaba recostado sobre la puerta del copiloto del Jeep. Volví a recobrar la conciencia.

— Em...— Cerré mis ojos con dureza. Qué se suponía que debía hacer, el ya estaba aquí — Dame unos minutos y voy.

— Estaré aquí — Oí levemente como sus labios esbozaba una sonrisa, para luego finalizar la llamada.

No sé cómo pero al cabo de un par de minutos conseguí estar lista. Por suerte no había nadie deambulando en el edificio a esas alta horas, por lo que el ascensor se encontraba expedito. Cogí un jockey oscuro para ocultar el desastre que era mi cabello, a la vez que abría la puerta y el frío del pasillo se calaba en mis huesos, traspasando la fina tela del polerón que traía puesto; Para ser verano, si que hacía frío en las noches.

Esto parecía alguna especie de película de terror: El pasillo oscuro, la helada. Nada daba buena espina. Tomé aliento en un intento de darme valentía, por lo menos hasta llegar al ascensor. Presioné el botón a la espera de que las puertas se cerrasen, en tanto sobaba mis brazos en busca de un poco de calor.

Alcé la vista a medida que las puertas se cerraban con lentitud, demasiada. Hasta que lo ví. Mark. Un segundo, un insignificante segundo pasó antes de que el cierre de estas me hicieran perderlo de vista. Apreté el mismo botón con desespero, consiguiendo que al cabo del poco rato las puerta abrieran. Pude ver con mis propios ojos lo que había frente a mí, un pasillo vacío y oscuro. Me trastoqué, estaba segura de haber visto el distintivo color ceniza provenir de uno de sus ojos. Salí al pasillo con la esperanza de que él estuviera ahí, pero acabé por equivocarme, como siempre.

— ¿Qué demonios estás haciéndome? — Alcé la voz con resentimiento, mientras miraba a la nada.

Ya rendida regresé al ascensor, dispuesta a olvidar que Mark se apareció frente a mis narices, y se esfumó como el humo.

El recepcionista se me quedó viendo raro cuando salí del ascensor, era muy tarde, aún así lo saludé con una corta reverencia, hasta que llegué afuera. Lucas se veía tranquilo, con una sonrisa amable, la cual usualmente solía tener.

— ¡Hey!

— ¿Tienes idea de la hora que es? — Me acerqué a él.

— Eso es lo mejor del paseo.

— ¿Dónde iremos?

Él simplemente me miró risueño, enderezandose.

— Lo sabrás una vez lleguemos ahí.

Nos adentramos al automóvil. A pesar de que no hubiese autos a la vista, Lucas iba a una velocidad prudente, por una carretera. Me centré en los enormes árboles que se hallaban en los alrededores, se me hacía un lugar familiar, pese a no recordar el porqué.

— ¡Mierda!

Se quejó, a la vez que el auto se detenía.

— ¿Sucedió algo?

— No lo sé. Creo que el motor dejó de funcionar — Abrió la puerta para salir del Jeep.

Le seguí con la mirada, hasta que dió con el capó, levantándolo. ¡Esto no podía ser mejor! Me crucé de brazos intentando evitar pensar en cosas malas, sin embargo no lo podía lograr. Sin ganas, me desabroché el cinturón de seguridad y salí del sofocante auto.

— ¿Todo bien? — Me acerqué a él, aún con los brazos unidos sobre mi pecho.

— Se soltaron algunos cables, nada de que preocuparse — Me miró por el costado de su hombro — Sólo dame un par de minutos.

Asentí displicente. Mí mala racha me seguía hasta, incluso, el lugar más recóndito del planeta. Suspiré, esta noche sería larga, a mí se me ocurre aceptar salir a esta hora.

Necesitaba distraerme. Mi interés se alojó instintivamente en la desolada carretera, ni una sola alma en pena vagaba por ahí. Era prácticamente una calle vacía en medio de un inmensurable bosque. Me puse de cuclillas para ver más de cerca el cemento, mientras que acariciaba ésta, con las llemas de mis dedos. Era bastante gélido.

Me perdí en su contextura, me sorprendí al escuchar caer lluvia una vez lo hice. Inmediatamente levanté la cabeza aceptando el quedar empapada, pero estaba despejado, ni rastro de una nube.

— ¡Listo! — Gritó Lucas, al oír el motor andar nuevamente.

Algo bueno tenía que venir de esto. Le regalé una sonrisa, sin corregir la posición en la que había estado ya hace rato.

De un momento a otro el sonido de un auto intentando frenar me pilló desprevenida, obteniendo que volteara mi cabeza en su dirección. Las deslumbrantes luces de este me cegaron por completo, avecinandose hacía mí. Cerré los ojos, para asi protegerme del impacto con mis brazos, dejándo escapar un grito de terror. En ese minuto se repetía un único pensamiento.

Moriría...

"Love On The Brain"  † Mark Lee & Tú † [TERMINADA]Where stories live. Discover now