°Chapter°: Treintaicinco

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El aire cada vez era más escaso, sentía como mis piernas se dormían. Comenzaba a perder la conciencia.
En un frágil intentó de detenerlo cogí su antebrazo con ambas manos, sabía que no podría contra la magnitud de su fuerza, pero no quería rendirme tan fácilmente. Presioné indefensa. Sus ojos verdes me observaban penetrantes, en tanto el brillo en ellos se volvía más intenso.

— No puedes confiar en nadie — Soltó con tono demandante — Cómo aún no puedes darte cuenta de que él te está usando para salvar su pellejo — Debilitó la presión con la que sostenía mi cuello, permitiendo que por fin pudiese recobrar el aliento — Soy un monstruo, pero...

Se distanció, provocando que cayera al piso tociendo como una desquiciada, en tanto mantenía mis dedos al rededor de mi garganta. Sentí como se ponía a mi altura doblando sus rodillas, apoyando una mano en la pared a un costado de mi. Lentamente acercó sus labios a mi oído.

Mark, es mucho peor.

Se puso de pie con el propósito de irse, pero alcancé a tomar la manga de su chaqueta, aunque no fuese capaz de verlo a la cara todavía. Tenía que darme valentía.

— ¿Por qué? — Mi voz era casi inaudible — Si querías matarme, ¿Por qué no lo haces?

Alcé la vista hacía el, parecía estar sobrecogido. Viéndolo desde el suelo su semblante producía recelo en mi interior, pero, era Lucas. Me negaba a creer que todo sobre él fuese mentira.
Sus ojos se fijaron en los míos, a la vez que encogía el ceño.

— Estoy cansado. Han, cree que puede manipularnos a su antojo. Él y sus fieles aliados, hacen y deshacen cada cosa que ordene — Desvío la vista al vacío — No pretendo seguir siendo su marioneta.

Mi corazón comenzó a latir fuertemente, percibía la sangre subiendo a mi cabeza, mientras todo a mi alrededor daba vueltas. Mis brazos se debilitaron haciendo que decayera de llenó al suelo. Mi mente se apagó.

...

— _______.

Lucas, su voz era tan lejana.

— ¡Hey!

Comencé a abrir los párpados de apoco. Él tenía su rostro a una corta distancia del mío, sus brazos me sostenían con firmeza. Aún mi cabeza palpitaba de una forma tempestuosa.

— Está Frío — Cerré con fuerza mis ojos.

Por alguna extraña razón sentía todo mi cuerpo helado. Casi como si estuviera en medio de una tormenta de nieve.

— Sabía que eras débil, pero no a este nivel — Escuché como enbozaba una sonrisa.

Con mis dedos intenté buscar calor. Mi conciencia permanecía perturbada, solo una insignificante cosa permanecía en mi pensamiento. Calor. La punta de mi dedo índice palpó algo suave, era tan cálido. Débilmente enfoqué que era, la piel de Lucas, era muy tibia. Pasé mi mano alrededor de su cuello hasta llegar al final de su nuca, a medida que me acomodaba sobre su cuerpo, aferrándome a él.

— Oye. No puedes...No puede hacer esto.

— Tengo frío.

A pesar de que lo que estuviese haciendo no fuese lo correcto, mi cordura parecía haberse desvanecido. Simplemente me encontraba ahí, en el duro suelo, abrazando a él chico que estuvo a punto de acabar con mi vida.

— Llegó — Soltó Lucas de la nada, seguido de un estruendo.

La puerta de mi habitación había sido abierta con agresividad, dejando entrever a Mark bastante cabreado.

— Sueltala.

— Creo que deberías pedirle a ella que me suelte.

— Que la sueltes ¡Maldita sea!

Mark, separó a Lucas con tal ímpetu, que incluso provocó que cayera nuevamente a la superficie.

— ¿¡Qué le hiciste!?

Sus gritos eran tan altos, llenos de rabia y desesperación. Con torpeza empiné la vista en busca de ellos. Mark sostenía con exaltación a Lucas por el cuello de la chaqueta, en contra del muro.

— Vaya, entonces ella si te importa al fin y al cabo.

Las facciones de Mark se mortificaron, como si hubiesen tocado su punto más débil.

— Mark, tranquilizate. — Jungwoo se apareció por la habitación, agarrándolo del hombro.

La tierna mirada de Jung se situaron en mí. No traía ningún tipo de mueca, simplemente era él, tranquilo y apacible. Me tomó del mentón, mientras me revisaba, tal cual lo hizo la primera vez que me conoció.

— Ella está bien. — Aseguró, mientras ayudaba a ponerme en pie.

El moreno no aguantó más, dejando escapar una risa burlesca. Sorprendiendo a todos en el lugar.

— Eres un chiste, Lee. Han, nunca mencionó que tenías el don de fingir tan perfeccionado.

— ¡Cállate! — Lo empujó una vez más contra la pared.

— ¿Qué? A qué le temes realmente. ¿Acaso no quieres que sepa la verdad? Díselo, veamos si así sigue creyendo en ti.

— ¿Decirme qué?

Un silencio rotundo se apoderó del lugar. Incluso la expresión de Jungwoo se alteró.

— Será mejor que tomes asiento, _______ — Jung me tomó por la cintura con el objetivo de sentarme en la cama, pero se lo impedí.

Me enderecé con la frente en alto, en tanto me daba valor con discreción para no dar pasos en falso. Mis puños permanecían cerrados. Era claro cuan furiosa me encontraba, pero no era el momento para desconcertame.

— ¿Qué es lo que tengo que saber?

Mark dirigió su vista a cualquier sitio menos hacía mi semblante. Soltó al castaño, mientras éste se arreglaba el cuello de su chaqueta.

— No es que quisiera, sólo sucedió — Empezó con inquietud — Es cosa de los nuestros...

— Le das demasiadas vueltas al asunto, Lee. Ella merece la verdad — Lucas se acercó, viéndome penetrante — Cuando Mark te salvó, te dió parte de su vida. Es una de las muchas razones por las cuales tenemos prohibido involucrarnos con los humanos. Una vez que te arriesgas a salvarlos, automáticamente le heredas parte de ti. — Suspiró — Es por esa razón por la que él te mantiene aquí. Te salva, te protege, te cuida; Solamente, porque las excéntricas habilidades y la duración de su período de vida dependen de ti.

Un frío recorrió mi espina dorsal, miles de enigmas se apoderaron de mi cabeza. Quería creer que no era cierto, Lucas solo estaba mintiendo.

— ¿Es cierto? — Acorté la distancia que nos separaba — Mark.

Mark evitó mirarme durante esos cortos segundos, logrando que la poca realidad que existía en mi se esfumara.

Su silencio me era más que suficiente.

"Love On The Brain"  † Mark Lee & Tú † [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora