"Love On The Brain" † Mark Lee & Tú † [TERMINADA]

°Chapter°: Treintaiocho

Sin duda extrañaría esto. El olor a café de mi apartamento. El viento fresco de las mañanas. Mi camino a la Universidad. Las locuras de Kelly. Los detalles que solían ser insignificantes. Quién pensaría que todo terminaría así.

— No te preocupes. Todo saldrá bien — Mark, me miró con suavidad.

— ¿También puedes leer mi mente?

Una dulce sonrisa se asomó por sus labios.

— No. Pero eres fácil de descifrar.

— Ya veo — Bajé la cabeza para sonreír. Recordé que usualmente la gente sacaba a relucir mucho ese hecho. Mis expresiones me delatan.

Mark avanzó hasta mi cuarto, en tanto lo seguía a pasos lentos. Se detuvo una vez llegó al umbral. Me acerqué por su costado, percatándome de que era cierto, esto estaba sucediendo. No volvería aquí jamás.

— ¿Podré volver a ver a mis padres? — Mantuve mis ojos en la ventana.

— Eso espero.

Suspiré. Nada era seguro. Pero al menos quería estar segura de algo. Él.

— No me dejarás, ¿Cierto?

— No puedo de igual manera.

— Me refiero a que si te irás una vez todo se arregle. — Le interrumpí.

Me dediqué a perderme en sus acciones. Los gestos. Su fisonomía. Él simplemente oculto sus manos en los bolsillos de su pantalón, cabizbajo.

— Por más que intente alejarme de ti, no puedo. Es extraño — Levantó la vista, posando aquellas dos perlas negras en mi rostro — Quién diría que mi perdición se volvería en lo que más deseo.

Perdí la noción del tiempo, o por lo menos eso sentía en aquél momento. Por única vez Mark se atrevió a verme directamente a los ojos, sin miedo, sin frialdad. Sus pupilas estaban dilatadas, había olvidado cuan hermosos eran. El universo hecho pequeño.

— Será mejor que vaya a revisar unas cosas en mi departamento, antes de partir — Tragó saliva — Vendré por ti después.

— Mark — Alcancé a frenar su paso, sosteniendo con fuerza su muñeca — Promételo — Asomó el rostro por sobre su hombro — Prométeme que no me dejarás.

— Si tan solo pudiera...

Se liberó de mi agarré, en tanto caminaba hasta la puerta para marcharse. Un nudo se formó en mi pecho. Tengo miedo.

— Que conmovedor.

Sentí como todo en mi interior se paralizó. Conocía esa voz. La conocía perfectamente bien. Me giré con deficiencia, mis piernas temblaban. Hasta qué dí completamente con su figura.

— Un placer conocerte, _______.

El fuerte brillo de sus ojos azules entró por mí vista. Devastando todo a su paso.