CAPÍTULO 25

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Un ruido me hace abrir los ojos de golpe, me sobresalto enseguida miéntras miró para todos lados. Respiro aliviada al notar que estoy en casa, en mi cama. Anoche estaba tan agotada que me quedé dormida tal como llegue, incluso con las zapatillas puestas... Espero volver escuchar algo, pero no.

Jos!/ Me quedé dormida pensando en él, y como es costumbre, mis primeros pensamientos también los ocupa, no importa cuanto pueda estar enojada con él. Quiero imaginar que ha tratado de comunicarse conmigo.

Busco mi celular en la cartera para ponerlo a cargar y no está, reviso por todos lados sin éxito, seguramente lo perdí anoche cuando buscaba en mi cartera junto a mi auto  ¡No!.

Camino hasta el teléfono fijo y trato de recordar el número de Jos. Busco entre mis pensamientos, pero se me está haciendo difícil, debo aprenderme de memoria los números importantes. Cuando estoy por darme por vencida, mi laptop entra en mi campo de vista, ¡Los correos! En la firma aparece el número telefónico. Como si de ello dependiera mi vida, me apresuró a encenderlo, la espera se me hace eterna. Cuando por fin consigo lo que busco, marco los dígitos.

Uno, dos, tres... Muchos intentos y la llamada cae directo al buzón.

Busco algo limpio que ponerme y tomo una ducha rápida. Cuando estoy lista voy hasta la casa de enfrente, necesito saber qué está pasando.

La reja de la entrada está abierta, llegó hasta la puerta de la casa y tocó el timbre, nada. Doy varios golpes sobre la madera pero nadie abre. Esto no me está gustando, la señora Mariana siempre anda por aquí, me asomo buscando el auto de Jos, pero tampoco está.

Me acomodo en uno de los escalones y espero.

*****

Por suerte pude recuperar mi mismo número, apenas termino las configuraciones del nuevo celular y voy recuperando mis contactos, entra una llamada con un número desconocido ¡Otra vez no! Lo ignoro un par de veces más y parece que desisten. Salgo del estacionamiento y subo a mi auto con dirección a mi departamento.

Un papel doblado en el piso llama mi atención apenas abro la puerta. Llegó hasta uno de los sillones y lo observó. Deshago con cuidado cada dobles y lo aliso con mi mano sobre mi pecho, mis ojos se abren por completo conforme leo el escrito, dejó caer todo sobre la mesita.

No puede ser!/ cubro mi boca con ambas manos y siento que mi cuerpo tiembla del coraje. Vuelvo a leerla para asegurarme que no me equivoqué y para mí desgracia me doy cuenta que leí bien.

Me dejó caer en el sillón y cubro mi cara con mis brazos, ahogo varios gritos y trato de calmar mi respiración.

Según la nota, el abogado estuvo por aquí. Mi hermana está tratando de vender la casa en donde vivíamos, de donde me corrió sin siquiera escucharme. Dice que trato de comunicarse conmigo sin éxito muy temprano, busco mi celular y marcó su número.

-Gracias/ cuelgo y doy palmaditas en forma de celebración, ¿No les pasa que desconfían cuando algo les sale bien?.

El abogado me contó que al parecer es Alan quién está sonsacando a mi hermana para intentar vender la antigua casa de mis padres. Lo buscaron para que él se hiciera cargo de proceso, pero ellos no tomaban en cuenta mi autorización para venderla, obvio esa no va a pasar. Seguramente él anda metido en deudas, como siempre.

*****

Miró la hora en la pantalla y son un poco más de las tres de la tarde, al no soportar en encierro en casa, decidí salir a caminar un poco.

Amor a Primera Vista (Jos Canela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora