Capítulo cuatro

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CAPÍTULO CUATRO

31 de enero, 2008

—Qué asco, Kaethennis —murmuro, viéndola devorar un pan al que soló le untó mostaza, ella rueda sus ojos.

Estamos en una fiesta universitaria pre-graduación de Keith, está tan lleno como se espera que estén estas fiestas. No es la primera vez que estoy en la universidad de Manchester, pero es la primera vez que lo estoy por Keith. Al menos esta es su fiesta y es una genial fiesta en su apartamento, supongo que mañana tiene el día libre en el trabajo.

La única razón por la que acepté venir es Kaethennis. Ella no quería perderse la mega fiesta pre-graduación de su hermano y, puesto que ella aún no tiene un auto, cuenta con el mío.

Sé que soy una chica bastante atractiva, mi mejor amiga dice que soy despampanante, pero los universitarios de esta fiesta hacen que me sienta desnuda ante la forma en la que me miran o en la forma en la miran a Kaethennis, solo que ella es muy buena fingiendo no darse cuenta.

Al menos ya saludamos a Keith, aprendí una nueva lección hace un año en mi beso de año nuevo: finge tan bien como él lo hace. Es lo que hago, fingir que no pasó y seguirle la corriente a sus tonteos y bromas, como si no doliera, como si el recuerdo de sus labios y palabras no quemara continuamente mi mente.

—Esto está delicioso —me dice Kae y, para probar su punto, da un gran mordisco, mi estomago se revuelve mientras frunzo el ceño.

—Eso es asqueroso, estás comiendo mucha basura últimamente, pasar tanto tiempo con Jake ha hecho que agarres sus hábitos de mierda.

—Quiero cortar con Jake.

Bueno, eso es nuevo, pensé realmente que este momento no llegaría, de hecho he estado muy sorprendida del tiempo que han durado uno alrededor del otro. Pero finalmente parece que frente a mis ojos está pasando el final de Jake en nuestras vidas.

—Creí que no eran novios.

—Bueno, me corrijo: Quiero dejar de tener sexo con él, solo quiero cortar nuestro tonteo, siento como si tuviéramos una eternidad pasando el rato.

—Bueno, dos años tonteando con un chico es una eternidad para ti.

—Me haces sonar como una puta —la miro brevemente, por alguna razón me da la impresión de que ella estás a la defensiva.

—Sabes que no lo eres.

La sigo mientras se abre camino entre las personas y no me sorprende ver a donde llegamos, porque por supuesto que ella nos haría llegar exactamente aquí. Se gira y me sonríe, estamos frente a un gran círculo donde juegan el ya muy gastado juego: Verdad o reto.

Keith ríe mientras toma directamente de una botella de tequila, claramente está bastante alegre tras la bebida, pero eso solo lo hace verse más caliente. Él nos da un asentimiento de cabeza a su hermana y a mí.

—¿Se unen? —pregunta un rubio que fuma un cigarrillo. Parece que más de la mitad en esta fiesta fuma cigarrillos, y algunos más que cigarrillos, realmente.

—Por supuesto que sí —responde inmediatamente Kaethennis, me encojo de hombros y me siento junto al rubio.

La vida universitaria me ha enseñado a ser aventurera y me hizo descubrir que realmente soy una chica ruidosa a la que le gustan las fiestas y jugar, pero definitivamente este no es mi juego favorito, siempre hay dos pronósticos en este juego: las cosas salen muy bien o las cosas salen muy mal.

Pero me doy cuenta que a medida que el juego avanza estoy disfrutando, de hecho ahora me encuentro riendo y tomando mi segundo vaso de ron. Los retos impuestos y verdades confesadas hasta este momento me han hecho reír. No quiero adelantarme a los hechos, pero parece que el día de hoy los pronósticos de este juego es que las cosas van a salir muy bien.

Los Besos Robados de Bridget (BG.5 libro #1.5) Disponible en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora