Capítulo Seis

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CAPÍTULO SEIS

03 de mayo, 2009

Estoy cautivado por la manera en la que la risa de Harry Daniel se escucha por toda la habitación cada vez que Bridget sopla su pequeño estómago y roza su cabellera en las regordetas mejillas de mi sobrino.

Llevo aproximadamente diez minutos en el arco de la puerta de la habitación, observando el modo en el que Bridget lo hace reír, pero ellos no me notan.

—¿Quién es el niño más precioso del mundo? —pregunta ella con voz aguda e infantil antes de soplar el estómago de Harry Daniel, quien con sus manitas atrapa los mechones del cabello oscuro de Bridget y ríe—. No bebé, suelta el cabello de tía Brid.

Harry Daniel tira más fuerte de su cabello y Bridget se queja, puedo ver que el agarre de mi sobrino es fuerte y doloroso, por lo que abandono mi postura de espectador y libero las regordetas y pequeñas manos de mi sobrino del cabello de Bridget, quien suspira con alivio y me sonríe.

—Gracias, él es un poco fuerte.

—Como todos los hombres Stuart —le respondo, guiñándole un ojo y adorando la manera en la que sus mejillas se sonrojan mientras niega con su cabeza.

Sonrío a mi entusiasta sobrino mientras lo tomo en mis brazos. Harry Daniel no es un niño fácil, es terriblemente pegado a mi hermana y solo acepta que lo carguemos mis padres, Katherine, Bridget y yo; en cuanto un desconocido intenta tomarlo ese niño arruga su rostro e inmediatamente comienza a llorar, pero lo amamos y él nos ama.

Con diez meses sus cuatro dientes delanteros ya están presentes, crecieron rápidamente a sus seis meses, le encanta estar en el suelo y gatear, lo que enloquece a Kae y la hace gritar con entusiasmo como si lo alentara en unas olimpiadas.

Disfruto de ver a Kaethennis siendo madre, disfruto ser tío, amo realmente a esté niño y agradezco cada día que él esté en nuestras vidas, agradezco que al final mi hermana tomara la decisión de tenerlo y descartar la adopción.

Harry Daniel lleva una mano a su boca y comienza a babear mientras la chupa y se remueve en mis brazos, entonces percibo un olor e inmediatamente frunzo la nariz. Madre santa, qué olor. Escucho a Bridget reír mientras se cruza de brazos.

—Llegaste justo cuando yo iba a cambiar su pañal, te toca consentir a tu sobrino.

—¿Popo de bebé? —cuestiono en un gemido doloroso, no sería la primera vez que cambie el pañal de mi sobrino, pero eso no quiere decir que soy inmune al olor que emana.

—Mucha popo de bebé.

Gimo una vez más mientras acuesto al niño en la cama de mi hermana, Bridget ya ha movilizado lo necesario a la cama.

Algo que me llena de orgullo y felicidad es Kaethennis con su crecimiento personal y profesional. Esta empezando a trabajar en una editorial reconocida y exitosa, además, de a poco, está costeando lo que será su apartamento, estoy seguro de que en unos meses ya podrá mudarse.

Mi sobrino patalea y chupa su mano, entretenido, mientras abro su pañal y el olor se expande, este niño sí que sabe cómo hacer mierda. Bridget ríe mientras tapa con sus dedos su nariz y yo le lanzo lo que pretendo sea una mirada de reproche, haciéndola reír mucho más.

Sorprendentemente después de lo sucedido el día que mi sobrino nació, de algún modo Bridget y yo hemos sabido estar alrededor del otro sin molestarnos, sobre todo ahora que acaparamos al bebé. Lo estamos llevando bien, la tensión esta ahí, pero la ignoramos.

Los Besos Robados de Bridget (BG.5 libro #1.5) Disponible en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora