¿Quién es Ryan?

2.5K 137 45
                                    

El sonido escandaloso de una secadora me despierta de golpe. Asomo la cabeza, viendo a Tina que está en el baño, secando su larga cabellera. Ella está demasiado concentrada viéndose al espejo, peinándose con las manos mientras pasa el aire caliente entre mechones.

Si yo tuviera esa larga cabellera tardaría por lo menos una hora para secarlo bien.

Tina se ha dado cuenta que me ha despertado apagando de inmediato el escándalo. Ella sonríe, pero de modo nervioso. —Lo siento, no fue mi intención despertarte.

—No te preocupes, ¿Qué hora es?

—Las ocho y media —Ella termina de cepillarse las puntas y se acomoda el hermoso vestido floreado que se ha puesto—. No suelo usarlos a menudo, pero es que aquí hace un calor insoportable.

—Es muy hermoso.

Salgo de inmediato de la cama para buscar mi maleta. La encuentro tirada en el suelo, olvidando que ayer estaba cansada y la deje ahí para aventarme a dormir. — ¡Wow, tienes muchos enteritos!

Tina se ha arrodillado hasta quedar a mi altura. Saca mi ropa como si yo no estuviera ahí, a su lado. Sus ojos parecen brillar al mirar la ropa que mi madre eligió para mí.

— ¡Oh, mi Dios! Me acabo de enamorar muy fuerte —chilla al tomar el mono corto que tanto me gusta—. Deberías ponerte este, es hermosísimo.

—Gracias, mi madre lo hizo para mí.

Ella se gira dramáticamente hacia mí como si le hubiese dicho que soy una asesina en serie y pienso matarla. — ¡¿Tú madre hizo esto?! ¿Ella es diseñadora? —exclama demasiado sorprendida.

—No, ella es costurera, pero tiene mucho talento para hacernos la ropa a mi papá y a mí.

—Vaya, en serio que es grandioso. Esta ropa parece de diseñador, es demasiado hermosa.

Sonrió de lo orgullosa que estoy por el trabajo que hace mi madre. —Bueno ya, me enseñas toda tu ropa después, que ahora se nos hace un poco tarde.

Tomo el mono corto, ropa interior y la toalla. Intento apurarme en la ducha, pero es un tanto diferente a la de casa: las llaves están al revés, solo hay agua helada y hay un espejo demasiado incómodo.

¿A quién le gusta verse mientras se ducha?

Cuando termino me dispongo a cepillar mi cabello, y a diferencia de Tina, yo no tengo tiempo ni paciencia para secarlo. Ni siquiera lo tengo largo, pero a veces se pone rebelde y termina esponjándose.

Me miro frente al espejo del lavamanos, tratando de buscar algo lindo en mi: mis pecas descoloridas adornando mis pómulos, los ojos pequeños por haber dormido bien... ¿para qué me miento? Mis ojos son pequeños siempre y de un color que no herede de mi padre. Al contrario, yo herede el color marrón de mi madre. Mi cabello ondulado y color chocolate, que ahora está atado a un moño alto y desordenado.

¿Qué es la parte que más me gusta de mí? Absolutamente, nada. No soy alta, ni con curvas. Al contrario, soy más fácil de comparar con una tabla. En realidad, ni siquiera puedo llegar a compararme con una.

— ¡Lía! Acaban de vocear algo, creo que ya va a empezar —Escucho gritar al otro lado de la puerta.

No sé si me veo bien, pero al menos me siento cómoda y eso es todo lo que importa.

— ¡Vaya! Luces como toda niña buena de Hollywood. Me encanta como lucen esas zapatillas con ese mono corto; te hace ver adorable —dice mientras da saltitos.

Pongo los ojos en blanco y ahora soy yo quien la arrastra por los pasillos. Sigue habiendo un montón de estudiantes en ellos, todos dirigiéndose al mismo sitio.

El Ladrón de mis Noches [1]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang