Segunda noche

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Tyler ha perdido todo color y me ve como si fuera la policía atrapándolo con drogas. Creo que esa reacción me confirma un poco más lo que estoy pensando.

-¿Y... y esas ro... -Ni siquiera puedo pronunciar las palabras. Intento respirar con normalidad pero también siento que me falta el aire-, ¿Qué haces con...?

- ¿Estas rosas? Bueno... -Veo su manos temblar al tomar una rosa y la mira como si nunca hubiese visto una-, las utilizamos en una investigación de práctica.

- ¿Toda tu clase utiliza rosas?

-No todos. Mi equipo y yo optamos por la investigación de reacciones químicas cerebrales que las personas tienen al cariño, amor o amistad y al recibimiento de obsequios. Y estamos descubriendo que la química de las rosas hace que las mujeres en especial, tengan reacciones que aumentan las endorfinas -Explica con seriedad, mientras comienza a guardar todo de nuevo-. Es algo de mi carrera -Abro la boca pero no logro formular nada-. Debo irme, que estés bien, Lía.

Sale despavorido antes de que pueda reaccionar.

-Has hecho esa cara dos veces en menos de diez minutos, ¿Qué fue lo que te dijeron?

-Tyler lleva un montón de rosas rojas en su mochila y dice que las utiliza para una investigación.

- ¿Y le crees?

Ella me ayuda a tomar asiento, mientras intento regularizar mi respiración. -La verdad no sé. Es una enorme coincidencia -suspiro-. ¡Mierda, todos son el Ladrón ahora!

Primero era Ryan y el Ladrón desapareciendo al mismo tiempo y mismo temperamento al enojarse. Y ahora es Tyler y su beca, también con rosas...

-Tú eres la única que podría distinguir al Ladrón.

¿Puedo?

-Tyler se parece físicamente, pero en realidad no sé. A lo mejor el Ladrón también está en el grupo de Tyler. La verdad no sé, Tina -La ansiedad está apareciendo, queriendo salir a preguntarle a Tyler si es el Ladrón; pero sé que eso es absurdo-. Ya empezó a dolerme la cabeza.

-Y creo que te dolerá aún más... -susurra mientras dirige su mirada hacia la entrada. Siento el estrés avanzar en mi cuerpo al mismo tiempo que Miss Lady, Luiggie y Box, lo hacen.

- ¡Dios mío, Lía! -exclama tan asustada como estoy segura estaría mi madre-. Luiggie acaba de decirme lo ocurrido. Necesito que me acompañes a dirección para que interpongas la denuncia.

- ¿Ahora? Es que estoy ayudando a Lucy.

-No te preocupes, Tina y yo le explicaremos -responde Luiggie.

Trago saliva y, miro con ojos de súplica a Tina. Pero sabemos que no hay nada que hacer. Miss Lady me pide que la siga y detrás nos acompaña Box.

Las miradas curiosas y los murmullos indiscretos no se hacen esperar mientras me ven acompañada de la figura más importante en el campus. Y no es para menos; todos deben estar pensando que he sido pillada en una travesura.

Han sido los veinte minutos más largos y bochornosos de mi vida; teniendo que ocultar mis pequeños golpes ante esas miradas acusatoritas y burlonas. Ella se apresura abrir la puerta de su oficina, pero alguien ya se ha adelantado.

Las caras de asombro que han puesto Sam y Erick han sido dignas de ser fotografiadas. Pienso que el golpe no se me ve tanto y que todos exageran. Pero después de haber visto mi reflejo en el portarretrato y lo negro que se ha puesto ese golpe... Es imposible intentar ocultarlo ahora.

-Toma asienta, Lía -pide Miss Lady, quien aleja la silla vacía que se encuentra frente a su escritorio. Roland me sonríe con timidez, mientras es custodiado por el bipolar-. Muy bien, me gustaría mucho que me contaran como sucedieron las cosas.

El Ladrón de mis Noches [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora