Pelea

1.3K 110 67
                                    

Le he estado dando muchas vueltas a las palabras de Ryan, pero no encuentro un maldito motivo para  que él dijera eso. Intento despejar las ideas de que él pueda ser el Ladrón, pero las dudas me siguen asaltando.

Ni siquiera el agua tibia logro hacer cambiar mi mal humor de verlo y escucharlo. Él simplemente me ha fastidiado y lo odio por arruinar lo bien que lo pase anoche.

—No te había visto ese ceño tan fruncido desde que cancelaron Zoey 101... ¡Ah no, espera! Ese era yo —Se corrige tan pronto como se ha dado cuenta. No puedo evitar verlo de mal modo—. ¿Quién te hizo enojar, granjerita?

—Chicos, como encargado que estoy el día de hoy, debo decirles que cerraremos a las tres. Lucy ha salido de improviso y yo tengo unos trabajos pendientes por hacer. Ella esta notificada de todo, así que tendrán la tarde libre —Ignoro las palabras de Charles. Sigo sosteniéndome el rostro con ambas manos mientras veo a más chicos llegar a la cafetería—. ¿Estás bien, Lía?

Quiero decir que no, que estoy molesta, pero la verdad no sabría explicar el porqué. —Sí, solo estoy cansada.

—Yo diría que te ves molesta —interviene Tyler que ha salido de la cocina. Verlo me ha hecho recordar la horrible pesadilla por lo que instintivamente he retrocedido para tenerlo lo más alejado posible—. ¿Estás bien? ¿Te he hecho algo?

Y ahora tengo a estos tres mirándome con preocupación.

Intento controlarme un poco, pero esas horribles imágenes vuelven y me hacen estremecer. Debo recordar que solo fue una pesadilla, que Tyler no me ha hecho nada en realidad. Inspiro, después suelto.

—Solo estoy cansada. Tuve pesadillas anoche y no me dejaron dormir bien.

—Estoy muy seguro que no pudiste dormir anoche pero también estoy seguro que no fueron por pesadillas —me susurra el desvergonzado de Luiggie. Lo miro sorprendida, él me guiña un ojo y después lo miro a matar.

Charles ríe un poco y después lo sigue para atender a los nuevos chicos que han llegado.

— ¿Quieres contarme de tu pesadilla? —La gruesa voz de Tyler resuena más cerca que antes. Me giro un poco para descubrir que ha tomado asiento a mi lado y me mira como si fuera la única persona ahí, con él—. Hablar de lo que te está provocando miedo te ayudara a sentirte mejor.

Mis latidos, miedo e incomodidad han aumentado. —Yo...

—Aparezco en tu pesadilla ¿cierto? Es eso o yo en serio no te agrado —se apresura a contestar.

— ¿Cómo sabes eso?

—Bueno, tu lenguaje corporal prácticamente me lo está gritando —Me he quedado sin que decirle—. ¿Me dirás lo que realmente te pasa?

No debo mencionar al Ladrón. No debo hacerlo. Tampoco podría contarle mi pesadilla sobre él, apenas y lo conozco. Estoy segura que quedaría como una loca.

—La pesadilla fue una estupidez. Y no es que no me agrades, es solo que no te conozco. Y tu voz me pone un poco nerviosa.

Sus ojos azules se rasgan un poco más al sonreír. Se estira un poco, dejándome más nerviosa al ver esos enormes músculos contraerse.

—Bueno, por mucho que quisiera, no puedo cambiar mi voz. Lamento hacerte sentir así. Y sobre conocernos... No hay mucho que decir. Creo que te he contado algunas cosas y tú me has contado otras sobre ti. Solo dejemos que el tiempo haga lo suyo para formar una amistad.

¿De verdad quisiera tener una amistad con él? Bueno, él no tiene pinta de ser un mal chico. Pero a veces las apariencias engañan.

—Tú cocinas, ¿cierto? —Tyler asiente con la cabeza, se limpia el sudor de la frente con su mano izquierda, quedando empapado de harina—. ¿Cómo aprendiste a cocinar? —Mi maldito instinto me ha hecho limpiarle la frente, provocando que él se sonrojara. Mierda, ahora me siento peor de incomoda y extraña.

El Ladrón de mis Noches [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora