Capítulo 5: "Rai"

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Hora más tarde

Las tres chicas iban en un taxi de camino a encontrarse con Mark en la puerta del estudio de tatuajes.

- No entiendo porqué nos tuvimos que tomar un taxi. No te bastó con hacerme mudar a ese nido de ratas donde no puedo pegar un ojo, porque si me duermo, estoy segura de que la rarita es capaz de secuestrarme para sacarme la piel y hacerse un tapado -protestó la pelinegra nuevamente. Desde que Nayeon le había arrebatado de un manotazo las llaves de su auto, la cara de Jihyo no había cambiado. Se subió al taxi, se cruzó de brazos y se encargó de actualizar sus protestas a cada rato

» ¿Qué tienes contra mí Nayeon? ¿Por qué no dejas que use mi hermoso coche? -presionó.

Nayeon no quería volver a contestar la misma pregunta, no quería que Jihyo la sacara por tercera vez de sus pensamientos. Su mente estaba en el lugar que quería y no quería interrumpirla, así que decidió ignorar a su amiga una vez más.

La empresaria no entendía cómo se comportaba cuando Momo estaba frente a ella. Cuándo la chica dormía, que más hubiera querido Nayeon que acostarse a su lado y mirarla sin cansancio. Cuándo se despertó asustada por el exabrupto de Sana, Nayeon no pudo evitar querer tomarla en sus brazos y tenerla segura entre ellos hasta que la castaña se tranquilizara, pero ¿Cómo podía hacer eso si la otra chica apenas permitía que estuvieran a unos cuantos pasos de distancia? Se preguntó a sí misma. Pregunta que la hizo mirar a Sana. Sana había visto lo mismo que ella, la bailarina también había presenciado la forma en que Momo llegó a temblar por el solo hecho de tener las manos de Nayeon en cada uno de sus brazos. Evidentemente a la castaña la ponía incómoda la presencia de otras personas a su alrededor, y ni hablar de que otra persona se acercara a ella o intentara tocarla. La misma Nayeon alcanzó a ver como apenas ellas salían por la puerta del departamento todo el cuerpo de la delgada chica se relajaba, y si no hubiese sido porque en ese momento Jihyo había empezado con sus chillidos, la mayor hubiera jurado que escuchó a Momo suspirar.

- Si yo hubiera manejado, ya hubiéramos llegado ¿sabes? -al parecer Jihyo no se callaba- Si yo hubiera manejado MI COCHE, no tendríamos que ir todas apretujadas en este mugriento carcacho y...

- Hazme el favor de callarte Jisoo -la pelinegra lo había logrado, había logrado que Nayeon saliera de sus pensamientos- ¿Cuantas veces tengo que explicarte que por unos meses hay que tratar de pasar desapercibidas? ¡Contéstame Jihyo! ¿Cuántas veces tengo que explicarte? -insistió irritada.

La pelinegra cruzó aún más sus brazos de ser posible- Si no me dejaste usar mi Porsche, al menos hubiéramos salido en tu Mercedes -alcanzó a murmurar.

Gracias a Dios que el taxista frenó antes de que Nayeon pudiera contestar. La mayor pudo divisar a un impaciente Mark en la vereda.

- Dijeron en una hora -les reclamó el chico apenas las tuvo de frente.

- Calma tu bombacha princesita y no me mires así -lo frenó Jihyo- Si hubiéramos usado MI...

- YA SABEMOS QUE SI HUBIÉRAMOS USADO TU COCHE, HUBIÉRAMOS LLEGADO ANTES, PERO NO LO HICIMOS JIHYO. YA NOS TIENES CANSADAS CON TUS QUEJAS -para sorpresa de los otros tres, Sana había perdido la paciencia que la caracterizaba. Las idas y vueltas con la pelinegra no la tenían bien. Después de a fiesta de despedida se había prometido finalmente que no iba a dejar que Jihyo hiciera y deshiciera cuando ella quisiera, se iba a poner firme en exigir de la pelinegra mucho más que las migajas que recibía. Pero después la estúpida de Jihyo la tuvo que seguir a su cuarto y bastó con que le susurrara dos o tres cosas lindas para que Sana dejara que la chica la pusiera contra la pared y la hiciera gritar rápidamente su nombre. Las convicciones de la bailarina se habían ido a la miércoles junto con su ropa interior.

Maybe I'm Not For You | ADAPTACIÓN | NamoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora