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Al encontrarse completamente solo, 17 volvió hasta la habitación en donde anteriormente estaba junto a la peli-azul, con la esperanza de ver a su hermana mayor ahí, pero no había nadie. Su cuerpo no estaba por ningún lado y no había rastro de número veintiuno o dieciséis.

Eso sólo lo llevó a una conclusión; Wiss tenía razón y veintiuno los engañó para que hicieran lo que ella pedía. Se aprovechó de que ellos no sabían lo que hacían en ese lugar para hacerlos sus esclavos.

Hace meses.

Número Diecisiete y Número Dieciocho habían despertado cada uno en una camilla, amarrados de pies a cabeza.

Diecisiete se percató que ambos habían despertado al mismo tiempo, por lo que intentó hablarle a Lazuli, pero la voz no salía de su garganta.

Intentó nuevamente, ésta vez más desesperado pero no salió nada. La rubia miraba al lado contrario de su hermano, directamente a la puerta, con el ceño fruncido.

Diecisiete desistió y comenzó a mirar la habitación con amargura. Se encontraban en un laboratorio. Le traía los peores recuerdos, los cuales habían sido casi completamente olvidados a lo largo de los años gracias a su familia y a los animales que cuidaba a diario.

En definitiva era el laboratorio del doctor Gero. 

Pero, ¿qué hacía ahí? ¿y qué pasó con el Torneo? No estaba seguro de lo que sucedía, pero tenía miedo.

En esa ocasión intentó escapar pero veintiuno le advirtió acerca de su estado físico. Alardeando de que ella había instalado el mismo tipo de bomba que Gero pero más potente en sus cuerpos. Y que si ellos no obedecían ella los haría explotar, en cambio si hacían caso, volverían a casa.

Ambos aceptaron, pero no dejaron las cosas tal cual. Comenzaron a investigar qué era ese mundo. Número dieciséis les contó acerca de todo eso y comenzaron a buscar a Son Gokú, les habían dicho que él sabía cómo salir de ahí, igual que a todos pero que una vez les hubiera dicho, tenían que llevarlo.

Actualmente.

Diecisiete volvió al lugar en donde solían quedarse él y su hermana, a pensar en un nuevo plan que pudiera sacarlos de ahí pero habían muchas cosas que no sabía. No entendía el funcionamiento de las esferas del dragón o el tema de los dioses, su hermana le había dado un resumen todo lo que sabía pero tampoco había sido tan especifica. 

Mientras tanto en el mundo de la nada, cierta rubia caía a las gradas en donde se encontraban sus compañeros. Su esposo rápidamente corrió a auxiliarla, junto al kaioshin.

Bills observó a la rubia caer delante de ellos, inconsciente y luego miró al frente maldiciendo por haber terminado en aquella situación, esperando que Wiss y los demás volvieran a salvo.

Con Gokú.

Wiss los había llevado a un lugar que ninguno conocía, era una especie de subterráneo y estaba poco iluminado.— bien, chicos. —dijo.— comencemos con el plan.

—¿Qué haremos primero?.—preguntó Gohan, al lado de Piccolo.

—primero..—habló Gokú.— iremos con esa tal número veintiuno, número diecisiete y número dieciocho hicieron cosas mal, pero ellos no tenían ni idea de todo lo que pasaba, y ellas e aprovechó de su ignorancia.

De cierta manera él sentía un poco de lastima por ambos androides, ya que los dos habían tenido que seguir órdenes y tener que vivir nuevamente cosas que les hicieron mucho daño, igual que él. Sentía que debía disculparse una vez que todo eso acabara.

Volviendo a ser Yo. |【Son Goku】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora