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  — ¡Luke, mirá quién vino a visitarte! — Enseguida tomé al pequeño de la mano y entré a la habitación donde estaba Luke. — Andá, Jack, anda a saludarlo. 

  Observé al rubio tomar en sus brazos a su primo y una parte de mi corazón se derritió ante tal tierna imagen. 

— Lukey, ¿sabías que tenemos un perrito nuevo en casa? ¡Es muy grande! Como, como así — Separó sus manos tratando de mostrar lo grande que era su nuevo perro. 

De fondo a nuestra conversación, se oyó a la madre de Jack diciendo que ya era hora de irse, así que con Luke fuimos hasta la planta baja y despedimos al niño. 

  — ¿Sabes, Cal? — Murmuró mientras se daba la vuelta y quedaba frente a mí. — Creo que quiero volver a clases. Estoy cansado de estar encerrado aquí todo el día. 

— ¿Sí? ¿Estás seguro? —

 Asintió como respuesta y acto seguido, tomé su rostro entre sus manos y lo besé lentamente.  Honestamente, cuando lo besaba o siquiera el estar cerca suyo, perdía la noción del tiempo, así que no tenía ni idea de cuánto tiempo habíamos estado besándonos hasta que sentí algo duro abajo. 

  — Mierda, lo siento. — Se separó de golpe y me miró avergonzado. 

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Broken Home. |Cake|Where stories live. Discover now