Capítulo cuatro: Niñas macabras

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Recuerdo que unashoras antes de levantarme para ir a la universidad me abarcó otro sueñoextraño, en él había una niña hablando con otra, no se veían mayores de diezaños, pero su conversación me perturbó de cierto modo.

—Se irán al infierno.

—Se quemarán en el fuego de sus propias almas.

—¿Estás dispuesta a hacer algo para que eso suceda más rápido?

De ambas niñas el semblante de la que lanzó la interrogante era inescrutable, demasiado como para ser alguien que parecía haber propuesto un asesinato a una niña cuyas manos temblaban de nervios.

Una encajaba en el perfil de una niña psicópata, el de la otra encajaba en el de ser una víctima.

Tarde me enteraría de la verdad.

Cuando desperté de aquel sueño extraño para vestirme y abrigarme de manera correcta las voces dulces de aquellas niñas que parecían ser macabras no dejaron de perturbarme en ningún momento.

Inclusive las voces de Amaya y Berns se habían callado para darle paso a la conversación de aquellas peques.

Era tan raro, pero debía hacer lo posible por sacar aquella charla de mi cabeza y darle paso a mantener un perfil inquieto y temeroso porque había un asesino suelto en la ciudad.

—¡Halsey! —La voz de Elisa llegó a mis oídos sacándome de mi ensimismamiento y me giré para mirarla—, a que no adivinarás lo que pasó en la fiesta de disfraces.

—¿Qué? —Busqué a Aedrik y a Kailani con la mirada pero no los encontré, siempre andaban juntos y era muy raro ver a Elisa sin ellos.

—Encontraron el cuerpo sin vida de Hans —Soltó y parpadeé con falsa perplejidad.

—¿Qué?, ¿Dónde?, ¿Otro asesinato? —Ella asintió y miró a ambos lados antes de seguir hablando.

—En una de las habitaciones de la casa. Tarde que lo encontraron, por cierto, la puerta estaba bajo seguro y cuando lograron abrirla ahí... Dios —Hizo un mohín de horror antes de continuar, yo más que nadie sabía lo horrible que se veía la escena—, tenía unas tijeras clavadas en los ojos y por el informe que dieron los oficiales, también las clavaron en su garganta —Añadió intentando no parecer intranquila o nerviosa, pero estaba perturbada—, lo más raro fue que... Que también había una muñeca sobre su pecho, parecida a la que habían dejado en el pecho de Joel, ¿Crees que los asesinatos estaban vinculados? Digo, si nos ponemos a atar cabos ambos chicos son estudiantes de la universidad, ambos son amigos y ambos tenían una muñeca sobre su pecho, pero... ¿Por qué razón les hicieron aquello?

Elisa era y todavía sigue siendo una persona inteligente, pero no podía dejar de ahondara más en aquel tema o bien en algún momento podría llegar a mí.

Y esa sería mi perdición.

—No tengo ni la menor idea. Eli, ¿Qué tal si mejor dejas a los oficiales hacer su trabajo en vez de meter tus narices en un asunto que, realmente no nos concierne? —La morena parpadeó varias veces como si no se pudiese creer lo que le acababa de decir, realmente le había hablado en un tono neutro, calmado.

—Nos concierne porque puede haber un asesino entre nosotros... Espera, ¿Y si es algún conocido de Kailani? Ambos chicos fueron participantes en el escándalo de las fotografías subidas de tono.

—Ajá, ¿Te das cuenta de que solo nosotros tenemos amistad cercana con Kailani en este lugar, cierto? —Añadí—, Kailani no tiene familia aquí y nosotros somos sus únicos y más cercanos amigos, porque los imbéciles con los que se revuelca le importan medio pepino partido a la mitad —Culminé, la verdad es que el asunto de Kailani me causaba pesar, todos aun la consideraban la puta de la universidad, pero después de unos días pudo volver a comportarse como la Kailani de siempre y fingir que aquellos comentarios no le afectaban.

HalseyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora