Capítulo cinco: El sonido de mi pasado

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Mi pesadilla esta vez era más rara, pero estabadentro del mismo ambiente de las anteriores: Un colegio. Pero en lugar demostrar unas manos sosteniendo una pistola, o solo a un par de niñas cuyosrostros no podía reconocer me mostraba un escenario algo más confuso para mí.

Una niña sostenía una caja musical en sus manos, en el medio había una bailarina de cristal cuya base giraba en forma circular y de manera lenta.

—Detrás de la bailarina hay suficiente espacio para guardar la pistola —Dijo la niña después de un rato de silencio, no lograba detallar sus rostros, se veían distorsionados, pero me helaba la sangre soñar tan seguido con ellas.

—¿Qué pasará si fallo? —Preguntó la otra pequeña en un tono suave, frágil.

—Te castigarán, eso es todo —Respondió la otra con un dejo de indiferencia que hizo que me irritara.

No, no la castigarían.

Se la llevarían a la cárcel.

—Tengo en lista a todos los que se burlaron de nosotras —Añadió la pelirroja luego de un momento de silencio—, serán solo ocho.

—Si no eres capaz yo misma lo haré —Soltó la otra con severidad, había algo en su personalidad que me hacía sentir una extraña sensación en el vientre, como si aquella niña que se veía frágil pero manipuladora me causara miedo cuando era solo un sueño y yo era una adulta.

—¡Yo puedo hacerlo! —Bramó la otra pequeña y su mirada se oscureció de la nada haciendo a un lado toda la fragilidad que me había hecho ver, había explotado, había demostrado no ser débil o delicada.

Se mostró igual de psicópata que su amiga.

Y es ahí donde caí en cuenta de que, el acoso escolar puede llegar a tener consecuencias horribles en los niños.

Los pueden llegar a convertir en suicidas o bien en homicidas.

El mundo es una porquería, esa es la verdad.

Pero no tenía ni una puta idea de porqué aquellas niñas aparecían tan seguido en mis sueños, y por qué sus conversaciones me perturbaban.

Un olor de alcohol inundó mis fosas nasales haciéndome sentir una horrible picazón en ellas, por lo cual comencé a exhalara aire por la nariz de forma veloz y violenta para apartar aquel picor.

Me fijé por el color puramente blanco de las paredes, el piso de mármol azulado y la camilla en la que estaba acostada que estaba en la enfermería de la universidad, a mi lado se hallaban cuatro personas.

Una enfermera, Elisa, Kailani y Aedrik.

Me incorporé en la camilla y la enfermera tomó una pequeña linterna.

—¿Recuerda lo que sucedió, señorita Bennett? —Habló la mujer encendiendo la linterna frente a mis ojos—, siga la luz —Comenzó a mover la linterna de izquierda a derecha y seguí con la mirada aquel rayo de luz, aunque me cegara.

—Eso creo —Respondí.

—Se le bajó la tensión.

—Ohh —Dije sin muchos ánimos y algo confundida, no lograba entender el por qué si apenas unos minutos antes de lo ocurrido me sentía bien...

Y de la nada, el ambiente, las voces de mis compañeros, aquel dulce sonido imaginario y el disparo...

¿Qué había causado todo eso?, ¿Cómo es que mi mente me traicionaba de una manera letal en tan poco tiempo?

HalseyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora