Cɪᴛᴀs [Gold x Freddy] [Finalizada]

🏡Hσgαя, dυlcε нσgαя 🏡

Gold no logro conciliar el sueño en toda la noche por lo que le había hecho a Freddy, la culpa lo carcomía por dentro y en el tiempo que el decidió llamarlo para poder verlo, el castaño ignoraba sus llamadas e incluso apago el celular, mandándolo a la casilla de mensajes en los cuales dejo varias notas de voz

'Freddy por favor, responde...Solo quiero arreglar las cosas'

'No ignores mis llamados, de verdad lamento no poder haber ido ayer'

'Si me atendieras sabrías la verdad'

'Freddy lo siento por hacer esto, pero...Si escuchas esto, seguramente este en camino a tu casa'

Dicho y hecho, el culpable de hacer sentir mal al castaño, salio de su mansión, no sin antes darse un baño y vestirse. Se veía fatal con esas ojeras debajo de sus hermosos ojos plateados. No quiso decirle a el chófer de los Golden's que lo lleve a esa casa que tanto conoce su entrada y fue caminando, tenía un largo rato para pensar lo que va a decir.

El cielo estaba gris, esas nubes amenazaban con que en cualquier momento se largaría a llover, pero él como distraído no se dio cuenta, ni si quiera antes de salir vio el pronostico o agarro un paraguas. Estaba muy sumido en sus pensamiento, hasta que una gota cayo en su cabello seco y perfecto, seguida de miles de gotas más.

Al darse cuenta decidió apurar el paso, comenzando a correr. Por suerte le quedaban por recorrer pocas calles para llegar al lugar al que se dirigía pero aun no estaba seguro de lo que diría o como se disculparía.

Al llegar a su destino, dio un largo suspiro y decidido, toco el timbre.

Dentro de la casa, Freddy se encontraba en su cuarto. En el momento en que escucho el timbre gruño por lo bajo, no tenía ganas de levantarse de su cama. Su madre y Fred habían decido salir a comprar unas cosas, él se quedo con la excusa de que estaba un poco cansado, aunque su hermano sabia la verdadero razón.

Sin más que otro remedio, se levanto y se encamino a la puerta a ver quien rayos se le ocurría visitar su casa al notar como estaba afuera. Lo que vio, le sorprendió. Estaba Gold empapado de pies a cabeza, a punto de agarrarse una hipotermia. Olvidando todo lo que ocurrió ayer, simplemente dijo.

-Pasa, te traeré unas toallas- Dejando un espacio para que el contrario pueda entrar y yendo a buscar dicho objeto que dijo que le daría. A pesar de estar enojado con Gold, se preocupaba por él y no quería que este se enfermara.

Al volver, lo encontró en la sala principal observando un foto. Era él unos años atrás cuando aun no había entrado a la High School y casi todos los días lo molestaban en esa escuela a la que iba. Toco su hombro, lo que hizo que él otro diera un salto sorprendido y le ofreció la toalla para secarse. Fue a su cuarto a buscar ropa para darle, no iba a arriesgarse a que se resfrié o le suceda algo peor. Al tomarla, bajo y se la ofreció.

Todo esto sucedía en un silencio absoluto, como si ninguno de los dos sabia quien tenía que hablar primero. El rubio albino entendió y se fue a cambiar al baño. Al regresar, vio que Freddy estaba sentado en el sofá e imitó su acción.

-Freddy...-

-Gold...- Dijeron ambos en el mismo momento. - Habla tu primero- Sugirió Freddy, a lo que el otro suspiro y tomo las manos de este.

-Freddy, mira...Yo, de verdad siento lo ocurrido ayer...No era mi intención no avisar que no podía ir, la reunión se extendió mucho más de lo planeado y al salir, me diriji allí pero tu no estabas...Vine acá a disculparme, pero Fred me dijo que no me querías ver y que te había hecho mucho daño...Cosa que es verdad y lo se, por eso...Perdóname Freddy, se que soy una basura por herir tus sentimientos...Pero, por favor...Perdóname - Finalizo su disculpa, acariciando uno de los cachete del castaño y mirándolo a los ojos, esa mirada que transmitía unas disculpas sinceras y mucho amor hacia él.

La cabeza de Freddy estaba en corto-circuito, no sabia que a Gold le había sucedido todo eso y que en verdad le importaba. Por un momento pensó que se había cansado de él y le interesaba alguien más. Al notar su error, comenzó a llorar como a noche, con la diferencia que estaba el rubio albino, que al notar eso, lo acerco hacia él y lo abrazo.

-Freddy por favor, no llores... Me rompes el corazón al verte así por mi culpa...De verdad lo siento- Se seguía disculpando.

-...Claro que te perdono, solo que...pensé...pensé que...te interesaba alguien más y... te fuiste con esa persona- Respondió Freddy

-Eso nunca osito, eso nunca...Solo me interesas vos y solo vos...Así será por el resto de nuestras vidas, te lo aseguro...Siempre será Gold y Freddy , siempre- Dijo dándole un beso en la coronilla e intentando que cese su llanto.

Ya todo aclarado y nuestro castaño favorito calmado, se pusieron a ver películas de Super héroes para pasar un poco el rato y debatir quien era el mejor. Hasta que Gold, al estar relajado y no haber podido descansar a noche, se quedo dormido apoyando su cabeza en el sofá y sosteniendo la mano de Freddy. El mencionado al notar eso, apago la televisión y lo observo por varios minutos.

Aun no entendía como alguien como Gold se podría haber fijado en él, era un chico promedio, aplicado, que no se metía en problemas y obedecía a su madre. ¿Como alguien tan perfecto se pudo haber fijado en él? Tal vez, después lo descubriría pero ahora lo que importaba es que estaba con el rubio albino y todo se había aclarado.

De repente, le aparecieron unas inmensas ganas de probar los labios del contrario. Quería saber lo que se sentía besar lo, transmitirle el amor que sentía por él y más. Suspiro y se arriesgo, apenas fue un roce de labios, pero lo hizo sentirse la persona más feliz del universo. El otro apenas sintió un cosquilleo que casi lo despierta, pero siguió descansando, esta vez con una sonrisa en su rostro.

Freddy los arropo con una frazada que anteriormente había buscado y se acomodo al lado de su enamorado, él también necesitaba un descanso. Fueron demasiadas emociones vividas y tal vez, esa fue su décimo cuarta cita, que si salio bien.

•°• ✾ •°•

-Iré a ver la tele mama, si necesitas algo me lo dices -

-No te preocupes Fred, ve tranquilo-

Fred y su madre habían regresado de hacer las compras, mientras el se disponía a ir a la sala a relajarse y ver su serie favorita, se encontró con otro panorama. Tal vez aun no era el momento para asesinar a la lámpara fundida, después de todo.