DOMINGO

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-Señorita Ferri, el desayuno esta listo y su padre está esperándola junto con sus hermanas.- Milcen la encargada ahora de la cocina y ex niñera de Eleonora le avisaba desde atrás de la puerta de su habitación.- No tarde, sabe que su padre odia esperar. 

-Milcen, no quiero bajar, no tengo hambre. - Murmuro Eleonora cubriéndose de nuevo con las cobijas. - ¿No puedes decir que estoy profundamente dormida y que no respondí a tu llamado? Como en los viejos tiempos. 

-Señorita, usted conoce bien a su padre, ya no valdrá su excusa. - Milcen abrió despacio la puerta. - Además, creo que tiene una noticia que compartir y parece ser que es muy buena. 

Eleonora destapo su cara lentamente y miró a la mujer sorprendida, su padre no compartía mucho tiempo con ella y sus cinco hermanas desde que su madre había fallecido cuando Eleonora nació. 

-¿Qué crees que sea?, ¿Crees que Emma vendrá a quedarse por un tiempo con nosotros? - Exclamo Eleonora con una sonrisa.   

Emma era la segunda hermana y fue la primera en casarse, Nora la primogénita se enfado mucho cuando se entero del casamiento de Emma puesto que el orden habrá sido que ella se casara y dejara su hogar primero que las demás. 

-Señorita, eso solo lo averiguará si baja a desayunar. - Dijo Milcen sentándose a un lado de su cama. - No tarde, su padre la está esperando. - Dio dos golpecitos a Eleonora en la rodilla, se levantó y luego la mujer desapareció dejando la puerta abierta. 

Eleonora se levanto rápidamente, se miro en el espejo, cepillo su cabello, se puso encima una bata y bajo corriendo al comedor, efectivamente su padre y sus hermanas ya se habían sentado y aguardaban por ella. 

-Buenos días familia. Espero hayan dormido muy bien.- Dijo Eleonora mientras se acercaba a la silla en la cabecera de la mesa donde estaba su padre. - ¿Cómo estás padre? - Dijo sentándose en su regazo y dándole un beso en la frente.  

-Vaya. - Dijo rodeando a Eleonora con su brazo. - Alguien despertó de muy buen humor. 

-¿Y bien? - Dijo tomando su asiento al lado de su padre. - ¿Qué comeremos hoy? 

-Y además hambrienta - Dijo en tono burlón Alicia, su tercera hermana. - Espero que con ánimos de conocer a Stefano Fio... - su padre se aclaró la garganta haciendo callar a su hermana. 

- ¿A quién?, ¿Quién es Stefano Fio, eh? - Dijo mirando a cada uno de los presentes en la mesa, sus hermanas agacharon las miradas, ignorándola.

-Querida, hoy llegó una nueva familia a Florencia. Y el señor Fiore ha decidido ser socio del banco. - anunció su padre. - Stefano Fiore es su hijo. 

-Menor por cierto. - Continuó Olivia la segunda hija. - Dicen que es muy guapo, creció en Londres y además sabe hablar francés. - Dijo sonriendo tímidamente. 

-Todo un sueño. - Dijo Eleonora en tono irónico. - ¿Y qué pasa?, ¿Qué tiene que ver conmigo?    

-¿Que qué tiene que ver contigo? - Dijo Alicia. - Todo querida, todo. 

-¿Van a explicarme o no? - Dijo Eleonora fastidiada. - No entiendo nada en absoluto. 

-El señor Fiore nos ha invitado a cenar esta noche. - Dijo su padre bebiendo un sorbo de café. - A las 6:00 vendrá un carruaje a recogernos. Arréglense muy bien hijas mías, esta noche daremos la mejor impresión de la familia Ferri. 

-No sé si quiero ir. - Dijo Eleonora. Su padre la miró extrañado. 

-Eleonora pero si hasta hace poco estabas de buen humor, ¿qué ha pasado? - Dijo su padre tomando su mano y apretándola suavemente. - ¿Es por el comentario de Alicia? 

-En parte. - Contestó apenada. - ¿El señor Fiore no busca otro tipo de alianza con esta familia padre? 

-Ellie... - Eleonora lo miró sorprendida, no le había dicho así desde que cumplió 10. - Si lo que piensas es que comprometeré a alguna de ustedes por obligación con algún joven con tal de mantener nuestra riqueza... - El señor Ferri, con su mano derecha libre, tomo de la mano a Elizabeth la cuarta hija y dirigió una mirada a todas las demás. - Eso no pasará, ¿quién soy yo para prohibirles que se casen cuando su verdadero amor las encuentre? - Todos soltaron una carcajada. - Además, los Ferri nunca hemos... 

-Necesitado a nadie más que nosotros mismos. - Dijeron todos al unisono. 

-Excelente, me gusta oír eso. - Dijo el señor Ferri. - Debo ir al banco a arreglar unos créditos pendientes. - Se disponía a levantarse de su asiento cuando Eleonora lo detuvo poniéndose en pie también. 

-Que tengas un excelente día padre. - Dijo besando su mano. - Pero creo que hoy quiero quedarme en casa. 

-Si así lo deseas Eleonora - Dijo su padre acariciando su mejilla. - Así será. 

Eleonora volvió a tomar su asiento y continuo bebiendo de su vaso de jugo de naranja. Sus hermanas hicieron lo mismo y una vez quedaron satisfechas cada una se dirigió a su habitación para elegir sus vestidos para la cena. Eleonora en cambio decidió salir al jardín de su casa, deseaba tomar el aire, podía sentir en su corazón una alegría inexplicable, tal vez la asociación de su padre con el señor Fiore iba a cambiar su vida, sin embargo, Eleonora aún no sabía hasta que punto esto podría llegar.  

Eran aproximadamente las seis de la tarde cuando Eleonora despertó de su siesta por el sonido de las ruedas en el camino de piedra del carruaje que llevaría a sus hermanas y a su padre a la cena del señor Salvatore.        

  — Eleonora, abre la puerta. — El señor Ferri empleaba siempre un tono tierno al dirigirse a ella.  

  — Sigue. Está abierto. — Respondió desde adentro de la habitación. 

El señor Ferri vestía uno de sus mejores vestidos, un traje fabricado en tela fina y traído directamente de España, una exquisitez decía cada vez que lo contemplaba. 

— El carruaje ha llegado. — aviso el señor Ferri. — ¿Tu decisión sigue en pie o ha cambiado?

— Sigue en pie. — respondió Eleonora. — No me apetece ir. Te ruego me disculpes.

— De acuerdo. — El hombre giro sobre sus talones dispuesto a irse pero volteo a ver a su hija unos segundos más. — Es una pena. Eres la alegría en las reuniones Ellie. — Y dicho esto desapareció. 

El comentario hizo sentir mal a Eleonora, ¿era su decisión egoísta o caprichosa? su mirada se perdió cuando empezó a analizar la situación, unos minutos su mirada se quedó fija en el suelo de su habitación, escucho los relinches de los caballos afuera y decidió asomarse a la ventana para ver a sus extravagantes hermanas desfilar. Sin duda Nora era la más elegante, un sobrio vestido azul marino que hacían resaltar su rostro y sus ojos color miel, Alicia tenia su cabello rubio atado perfectamente y se cubría con un fino sombrero color durazno, Elizabeth tenía un vestido rojo algo llamativo para el gusto de Eleonora, Olivia ya se encontraba dentro del primer carruaje apenas y se veían sus manos cubiertas con unos elegantes guantes color blanco y decorados con encaje del mismo tono, su padre alzó la vista a la ventana de la menor de los Ferri y antes de subir con Olivia le guiño un ojo, Eleonora sonrió ante el gesto y cerro sus persianas.   



EL LUGAR DETRÁS DE LOS JARDINES DE BÓBOLI.Where stories live. Discover now